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Hwasa — Solar

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Hwasa — Solar. Es hora de volver, así que...yo me encargaré de llevarme su alma. —

Solar tomó a Wheein de las manos y corrió hacía la ventana. Hwasa sin pensar que iban a saltar las esquivó a un lado.

Solar y Wheein cayeron del edificio sin recibir ni un daño gracias a la agilidad de la sucubo.

Solar — Debes huir. Yo intentaré distraerla el mayor tiempo posible. —

Wheein no quería apartarse de Solar y agarraba fuerte su mano.

Wheein — No...no quiero huir sabiendo que correrás peligro. Si tú te quedas para defenderme, yo me quedaré para defenderte a ti. —

Se oye como una fuerza descomunal del viento sale a través de la ventana del departamento de Wheein gracias a la habilidad de vuelo de Hwasa con sus oscuras alas.

Hwasa — ¡A donde vayan será imposible que se escondan de mí! Soy un ser imposible de superar, porque ningúna sucubo hasta ahora pudo derrotarme en el juico final. ¡Llegó tu hora, Solar! —

Apuntando su cabeza en dirección al suelo contra Solar, Hwasa vuela en picada para embestir a la sucubo y tomarla de los brazos.

Solar empujó a un costado a Wheein y recibiendo el choque de Hwasa. Entre jadeos y forcejeos, las dos sucubos pelean causando un caos de golpes, rasguños y heridas leves contra sus cuerpos.

Wheein — ¡Basta! —

Solar quedó débil y vencida quedando de rodillas en el suelo. Siendo imposible su poco poder debilitado para vencer a Hwasa.

Wheein de un saltó se opone entre las dos para abrazar a Solar y manchar parte de sus prendas con la sangre de la sucubo.

Wheein — Solar. —

Solar abrazaba a Wheein como último recurso, jadeando y respirando entre cortada por el dolor, levantando la visión por Hwasa.

Hwasa — Es una pena que hayas quedado inútil por esta humana. No has durado nada y nisiquiera me has hecho un gran daño. Yo soy la balanza de tu vida, Solar, yo decido cual es tu camino correcto. Soy tu juicio. —

Wheein — ¡NO! ¡Por favor! —

Hwasa a punto de exterminar a Solar y Wheein, emana de su mano una oscura esfera donde su energía crece hasta un considerable tamaño para vencerlas.

Hwasa miró los ojos de Solar detenidamente, viendo como sus recuerdos se visualizan en su mente, como una vida entre las dos sucubos en el mundo oscuro pasa delante de ella. Tantas promesas, tantas aventuras desde muy jóvenes, todo ataca el corazón de Hwasa por querer despertar algo pequeño dentro de ella.

Solar ~ No puedes matarme. ~

Wheein — Estás sangrando mucho. —

Hwasa observaba con detalle como la humana protege a Solar a cualquier precio.

Hwasa ~ Ella la cuida como yo la cuidaba en el reino. Ella está dando su vida con tanta inocencia, tan indefensa. ~

Wheein cerraba los ojos al desear que todo termine de una vez y dejarán de sufrir.

Wheein — Te amo. —

Solar fue quién vió el poder de Hwasa desvanecerse de su mano. Por toda la nostalgia que sintió la sucubo más fuerte que ella.

Wheein inhaló profundamente al abrir los ojos. Toda esa energía oscura había desaparecido.

Hwasa — Dado a que, yo soy la única responsable de tu juicio, yo soy quién decide si quitarte la vida o no. —

Descendió con sus alas y ocultó sus rasgos de sucubo.

Hwasa — Por lo que decidí que sigas con vida, pero no podrás quedarte con tus poderes, serás el ser del último mundo que has estado. En la tierra, por lo cual serás una humana por naturaleza. —

Wheein miraba a Solar. Sus ojos brillan como cristales por esas lágrimas que agradecen en silencio.

Hwasa extendió la palma de su mano para extraer de Solar toda su energía negativa y toda su naturaleza maligna de una sucubo para ser una humana común y corriente.

Solar antes de desmayarse le susurró a Hwasa unas simples palabras que quedarán grabadas en sus recuerdos más importantes.

Solar — Gracias, hermana. —

Se desmayó y Wheein resguardó su rostro entre sus brazos.

Wheein — ¿Solar? ¡¿Solar?! —

Hwasa terminó por consumir el poco poder que le quedaba a Solar. Con la cabeza en alto y la postura firme, Hwasa se despide de Wheein y Solar y del mundo en donde no pertenece.

Hwasa — Estará bien. Sus heridas sanarán. Espero que la cuides, como yo la cuidé en el pasado. Te concedo a ti esa última misión que no pude hacer aquí. —

Volteó, para crear un portal púrpura a su alrededor.

Wheein — ¡Espera! ¡¿Y qué hay Moonbyul?! —

Hwasa al darle la espalda, solo miró con un desinterés.

Hwasa — Nunca sentí el amor como Solar. Es por eso que sigo fuerte y más poderosa que nunca. No puedo disculparme. Adiós. —

El portal se cerró cuando Hwasa lo atravesó para llegar instantáneamente a su mundo lejano y repleto de oscuridad y sin sentimientos.

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Succubus [WheeSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora