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Doyoung podría volverse loco, podría estar perdiendo la cabeza porque más de una semana después, ve al Oficial Jung en un bar. El hombre no está vestido con su uniforme, su ropa se oculta por un largo abrigo beige. Los ojos de este son oscuros y vuelan por el lugar mientras se sienta en los taburetes de la barra.

Doyoung se mantiene alejado de él, su mente lo está engañando. Está oscuro y han pasado más de unos pocos días desde que durmió lo suficiente. Va a la parte trasera del club, la música resuena en las paredes y un fuerte olor a sudor y alcohol flotan por el aire cuando encuentra la sección VIP, bate sus bonitas pestañas para el guardaespaldas.

Doyoung sabe que es hermoso, lo usa para su beneficio en casi todas las oportunidades que tiene. Sus ojos debilitan a todos los Alfas y Betas y sus caderas son las fantasías de los mismos. Doyoung es astuto y conoce el deseo sexual escondido detrás de cada persona, es indomable y hace que los Alfas más fuertes sean los más desesperados.

Doyoung mueve las caderas caminando más allá de la cuerda de terciopelo, sonríe con coquetería a los Alfas que observan cada uno de sus movimientos. No pasa mucho tiempo hasta que uno de ellos se le acerque.

—Es bueno verte aquí, Omega.

Doyoung ya sabe quién es por su olor. Es más fuerte que el aroma de la ropa que mantiene perfectamente doblada en su cama. Es un olor dominante: tabaco y vainilla. Creando una textura dinámica y cálida perfecta, un toque de borde con especias y un poco de dulzura azucarada.

Los ojos del oficial Jung son más oscuros esta noche, sus pupilas anchas y dilatadas están ocultas por sus pestañas oscuras. Mira a Doyoung desde el otro lado de la cuerda.

—No creí que volvería a verte después de que te escaparas por la ventana del baño.

El lobo de Doyoung se queja, pidiendo perdón al alto y guapo Alfa. Doyoung intenta mantener su compostura, aunque es un desafío.

El oficial se muerde el labio, tomando un sorbo de su bebida.

—Supongo que todavía tienes mi ropa.

Su voz es profunda, retumbando desde su pecho, pero es mucho más fuerte que la música que suena desde los altavoces. Habla lenta y sensualmente, sus palabras están revestidas de caramelo y puestas en un plato como un postre.

—¿Qué haces aquí?—Doyoung finalmente habla, su respiración se detiene cuando el oficial le sonríe suavemente.

—Trabajando—El tono del Alfa es convincente y firme.

—¿Se te permite beber en el trabajo?—Doyoung pregunta, asintiendo con la cabeza hacia el vaso a medio terminar en su mano. —Pensé que eras policía.

—Lo soy—El Alfa confirma con una pequeña mueca en sus labios. —Estoy encubierto.

Doyoung inclina la cabeza, sus ojos se sienten atraídos por las comisuras levantadas de los labios del oficial. —¿Por qué estás encubierto?

—Consideraré decirte eso si me dices tu nombre—El Alfa extiende una mano. —Soy Jaehyun.

Doyoung estrecha vacilantemente la mano y da un pequeño paso atrás, solo dándose cuenta de que gravitaba hacia el oficial. Toma un largo respiro, mirando por encima de su hombro al rico Alfa que se le acercó antes, que ahora descansa en el sofá de cuero negro entre dos Omegas.

Doyoung encara de nuevo a Jaehyun, mirando los costosos anillos de sus dedos y la brillante cadena alrededor de su cuello. Cambia su postura y se recarga en su cadera.

—Tal vez si me compras un trago primero, Jaehyun—Observa el suéter azul del mencionado.

El oficial se muerde el labio, alcanzando a Doyoung.

—Se supone que debo estar trabajando, pero no puedo resistirme a un Omega tan encantador como tú.

Jaehyun le compra a Doyoung una bebida afrutada rosa, es cítrica y dulce. Doyoung se sienta en el taburete, bebiendo el alcohol mientras Jaehyun se apoya en la barra. La música sigue sonando, desvaneciéndose en la melodía suave de una canción pop. La multitud se calma significativamente, su energía ya no llama la atención de la intensa mirada de Jaehyun. Doyoung envuelve sus labios alrededor de la pajita, golpeando con sus uñas el mostrador.

—¿Tu nombre?—Jaehyun pregunta.

Doyoung muerde la pajita: —¿De verdad te importa mi nombre?—La intención del oficial es secreta, ya sea que quiera el nombre de Doyoung o a un Omega para pasar la noche.

—Por supuesto—dice Jaehyun. —¿Por qué no me importaría?

Ninguno de los Alfas con los que Doyoung ha pasado la noche pidió su nombre. Siempre lo llaman cariño, bebé o ángel. Doyoung no es un ángel. Él es todo menos eso. Nunca ven más allá de sus ojos azules y sus sensuales caderas, solo ven lo que quieren, y todos quieren un Omega para follar.

Doyoung busca en el rostro de Jaehyun cualquier pista que le diga que el hombre está solo insistiendo por su cuerpo, pero no encuentra ninguna.

—Doyoung.

Los ojos de Jaehyun se iluminan, el verde brilla en las luces de neón y se rompe en una sonrisa encantadora que tiene a Doyoung desmayándose.

—Doyoung, Doyoung—Repite, probándolo en su boca. —Me gusta.

El Omega esconde sus mejillas rojas detrás de su vaso, apartando la vista de los hoyuelos de Jaehyun.

—No es como si necesitara tu aprobación, Alfa.

Jaehyun tararea de diversión. —Correcto. Tienden a gustarme las cosas bonitas, como cualquier otra persona. Ropa bonita, joyas bonitas, personas bonitas. Es una gran ventaja si esas personas bonitas tienen nombres bonitos—Jaehyun se acerca, su bebida está vacía en el mostrador. —Y el tuyo te queda perfectamente bien.

Doyoung puede ver cada uno de los rasgos de belleza de Jaehyun, cada pestaña y los tintes de marrón en sus ojos.

—Me han llamado bonito antes. No puedes esperar que caiga por esos cumplidos baratos—Doyoung se enorgullece de su respuesta, se aleja del Alfa que se avecina, finalmente puede respirar libre del sudor del club.

—¿Baratos?—Jaehyun levanta una ceja, pidiéndole al bartender otra bebida. Mira hacia algún lugar detrás de Doyoung. —Deberías saber que mereces riquezas y gemas, Girasol.

—¿Girasol? ¿Acaso ya olvidaste mi nombre?—Doyoung murmura.

—También me gusta darle nombres bonitos a las cosas bonitas, en tu caso, un nombre más bonito—La postura de Jaehyun sigue siendo relajada, su encanto es natural y Doyoung siente una gota de sudor mojando su cabello.

—¿Y los girasoles son qué?

Jaehyun tararea con la canción que suena en el club.

—Te lo diré al final de la noche si creo que mereces saberlo.

don't call me angel # jaedoWhere stories live. Discover now