08

191 27 0
                                        

Jimin tuvo que agarrar a Yoongi impresionado por lo que estaba pasando. Joder, no se había 

percatado de lo borracho que estaba Yoongi... siquiera se le pasó por la cabeza, pero joder. 

Gruñó de mala gana y aunque tuvo el impulso de salir corriendo, lo cogió de la camisa.

—Maldita sea, las cosas que hago por ti cuando ni lo mereces ni debería. —Gruñó el menor llevándolo al baño para meterlo a la regadera. —Necesitas... ¿no has acabado de vomitar? ¿Yoongi? ¡MALDITA SEA, YOONGI! ¡MIZ ZAPATOS!

.


.


.

Cuando Min Yoongi abrió los ojos y se encontró con la oscuridad total, se incorporó rápidamente. Se llevó la mano a la cabeza y percatándose de que estaba en su habitación, volteó para buscar su teléfono encontrándolo cerca.

Las cuatro de la mañana.

—Joder... joder... —Maldijo al tener vagos recuerdos y desbloqueó su teléfono, buscando desesperado el contacto de Jimin. Estaba con ropa aún, pero olía a mucho jabón y shampoo, así que se notaba que lo había metido a bañar.

Joder, no debió tomar. Empezó a reprocharse y se levantó de golpe de la cama. Agradecía profundamente que su madre hubiese salido ese fin de semana y voló escaleras abajo, viendo el suelo impecable y a un dormido Jimin boca abajo en el sofá. Subió nuevamente por una manta y aprovechó para desnudarse y colocarse únicamente unos pantalones de pijama y una camisa, se aferró a la manta suave y regresó junto al menor, tapándolo.

Sin embargo, se sobresaltó cuando Jimin abrió lo ojos poco a poco y lo vio, también dando un pequeño brinco.

—¿Qué haces? —Gruñó de mal humor el menor.

—Lo siento... joder, soy un imbécil. Se me pasó la copa y no puedo creer que hiciste lo que hiciste y sigues aquí, no debías... —Habló rápidamente Yoongi.

—Bueno, me vomitaste en los zapatos mientras intentaba bañarte, así que los lavé a mano y no se secaban. Te di de comer un poco hasta que te dormiste. Estaba listo para huir por si veía a tu madre, pero parece que nunca llegó, así que me dormí. Bueno, era una siesta... —Jimin se talló los ojos y Yoongi se derritió de amor. —Debería irme.

—Te prestaré unos zapatos. —Yoongi se acercó a la entrada. —¿Qué talla eres?

—Déjalo. —Jimin realmente se veía de mal humor. —No fue mi tarde ayer, así que mejor déjame dormir, ahora que lo pienso. No es mi especialidad cuidar borrachos que no se miden como tú.

—Hey, no sabía qué hacer. Estaba algo nervioso porque venías. —Yoongi se cruzó de brazos. Jimin con la mirada más fija pudo apreciar las venas marcadas del mayor y esa ropa holgada, su cabello aún ligeramente revuelto... joder.

—¿Nervioso porque venía? —Jimin se levantó y lo vio divertido. —¿Te intimido porque soy mejor que tú?

—No eres mejor que yo, lindo. —Yoongi sonrió con cierto sarcasmo. —Anda, ya ve a dormir.

—Borracho y además dándome órdenes. ¿Quién te crees? —Jimin alzó su barbilla aún más alzando una ceja.

—Prepotente malcriado, ve a dormir. —Contestó de vuelta Yoongi.

—¿Prepotente malcriado? —Repitió Jimin. —Creo que al colegio le encantará ver tus videos ebrio. Te saqué muchos.

—No te atrevas... —Yoongi tensó sus puños y recordó haber visto un segundo teléfono en su habitación.

Law Of The ForbiddenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora