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Los ojos de Jimin se paseaban impacientes por toda la sala de su enorme mansión. Soltó un suspiro moviendo su pie de arriba a abajo en señal de ansiedad, viendo una y otra vez su teléfono; ya eran las diez de la mañana con dos minutos y Yoongi aún no llegaba. ¿Dónde carajos estaba?

— Sin duda la puntualidad no es tu fuerte. —Murmuró de mala gana viendo fijamente la puerta principal.

Un minutos... dos minutos y finalmente el timbre sonó. Jimin lo sintió como una eternidad, así que apenas escuchó el molesto sonido, corrió a la puerta y se detuvo. Carraspeó su garganta y abrió la puerta, viendo al rubio con una vestimenta casual. Ambos se vieron de arriba a abajo y cuando sus ojos se juntaron, Yoongi sonrió complacido y Jimin únicamente arqueó una ceja.

— Cuatro minutos tarde. ¿Crees que tienes todo mi tiempo? Tengo cosas más importantes que hacer. — Escupió Jimin.

— Lo siento, el autobús tardó un poco en pasar. — Yoongi alzó sus hombros. — ¿Me dejas pasar?

— No, lo haremos afuera. — Jimin salió cerrando la puerta y avanzando a la banca cerca de la entrada principal.

Yoongi unió sus cejas sin poder creerlo: — ¿Hablas en serio?

— No te dejaré pasar a mi casa. — Jimin lo vio mal. — Camina y siéntate.

Yoongi no dijo nada y únicamente se acercó a él, tomando asiento en la banca y viendo a Jimin sacar un cuaderno y varias lapiceras de colores. Llevó una pluma color violeta a su boca y empezó a mordisquearla.

— Bien. — Jimin sacó su celular y lo desbloqueó después de poner una larga contraseña. — Nos mandaron toda la información por correo, ¿lo viste?

— Claro que lo hice. — Yoongi lo vio mal. — No soy un maldito flojo que no hace nada en la escuela, te recuerdo que soy el tercero mejor de la clase.

— Oh, lo siento, es que únicamente le presto atención al segundo que amenaza con quitarme el primer lugar, y los demás, son perdedores para mí. — Jimin le sonrió con arrogancia, provocando que Yoongi se tensara. ¿Cómo podía ser una persona tan asqueroso ese niño de cara angelical? — Entonces supongo sabrás que nos ha tocado el tema del po- 

Yoongi se le adelantó de mala gana: — Poder en la sociedad. — Suspiró.

— Dinero. — Jimin asintió. — Los ricos y el gobierno tienen el poder, así que propongo que hagamos una problemática de la riqueza mundial y cómo influye en el pueblo.

— No. — Yoongi negó. — Ya vivo con suficientes números debido a mi madre.

— No te pregunté si estabas de acuerdo o no. Eso es lo que haremos. — Jimin comenzó a anotar.

— Buscaremos un diagrama q...

— No haremos eso. — Yoongi interrumpió y le arrebató la pluma. — Somos un equipo, Jimin. Hay que encontrar algo en común.

— Mira, aquí entre tú y yo, sabemos que YO estoy a cargo. — Jimin se señaló de mala gana. — NO me arriesgaré a hacer algo de mala calidad por estar con alguien como tú.

— ¿Quién dice que tú mandas? ¿Tu maldito dinero? — Escupió Yoongi.

— Claramente. El dinero hace el poder, es una regla mundial. — Jimin rodó los ojos. — ¿Vas a ponerte de pesado? Lárgate y yo lo hago.

Yoongi tuvo que respirar muy hondo para no perder la paciencia.

— ¿Puedes al menos intentar escucharme? — Preguntó el mayor viéndolo molesto. Jimin lo pensó un poco, pero alzó sus hombros y se cruzó de brazos.

Law Of The ForbiddenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora