Prólogo

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Altair Lyra Black era la chica que todo el mundo quisiera ser, era la hermanita menor de Sirius y melliza de Regulus. Tenía la vida solucionada, tenía dinero, era guapa, alta, sangre pura, venía de buen linaje, inteligente, perfecta por donde lo vieras. Si lo dices así, todo suena maravilloso en su vida, pero hay que ver el interior.

Sirius quería mucho a su hermana, desde que nació, la única niña de la casa, más cuando estaban solos, ella solía reír lejos del alcance de su madre, pero cuando estaban en familia o con invitados tenía que portarse como una señorita.

Su madre tenía ciertas reglas para comportarse, estas se encontraban en cada habitación de los hermanos Black:

1. Sentarse correctamente, pies abajo, espalda recta, nada de contacto visual a menos que estén hablando.

2. No reír, una dama solo sonríe.

3. En la mesa no se habla, peor aún mientras sigue masticando. Se sostiene los cubiertos de la forma enseñada.

4. Avisar si van a salí y con quién.

5. Responder educadamente si se le hace una pregunta.

6. No hablar con extraños, traidores a la sangre o sangre sucias. (EXTREMADAMENTE PROHIBIDO)

7. No bajar la cabeza nunca, somos superiores a otros.

Nota: Si no cumple con alguna de las reglas, será castigado dependiendo del rango del error.

Los mellizos eran los que trataban de seguir las reglas al pie de la letra, pero Sirius...
El pobre Sirius siempre se llevaba los castigos.

Al terminar, Altair siempre lo consolaba y curaba, trataba de escuchar toda la frustración que su hermano tenía.

El problema es que a pesar de todo, Altair solo trataba de encajar, eso la llevaba a tener problemas emocionales, psicológicos, físicos y más con su hermano.

Todo comenzó el primer año de su hermano mayor Sirius en Hogwarts, cuando él fue elegido en Gryffindor, junto a varios mestizos e hijos de muggles.

La otra BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora