La otra Black

Decisión de Navidad

Primera Navidad en Hogwarts, Sirius dijo que iría a casa de los Potter. Yo no me iba a quedar en casa de nueva madre sola, así que la mejor opción es quedarse aquí donde todo es lindo y bueno.

Walburga no escribe, ni fastidia. Regulus ha de ir a pasar Navidad allá, probablemente los hayan invitado a alguna casa de algún purista.

En esta etapa de mi vida todo me vale madres, así que espero a que se acaben las clases para ir a mi cama y descansar un rato.

- Hey! Altair! Adivina, ¿quienes se quedarán para las fiestas en el castillo? - Potter mayor vino corriendo con Sirius detrás con una cara de fastidio.

-Eh... ¿yo?

Que no se queden.
Que no se queden.
Que no se queden.
Que no se queden.

- ¡Nosotros! Y tú, obviamente. - dijo James, demasiado alegre. Sirius sólo volteó los ojos negando con la cabeza.

- Oh! Que cambio tan repentino, bien por ustedes. - le sonreí a don feliz, sin mirar al amargado de Sirius.

- No te creas tan importante, es por temas de los merodeadores. - tenía que hablar el amargado.

- Disculpa, los que me vinieron a buscar para conversarme de sus planes han sido ustedes, yo estaba bien tranquila mirando el paisaje. - Estaba en la torre de astronomía, era temprano, pero era un buen lugar para esconderse de gente como Sirius que quieren amargar tu día.

- Chicos, no peleen, aparte, vamos a pasar mucho tiempo juntos durante las fiestas. Navidad es tiempo de compartir y ser feliz, no pelear entre hermanos. - dijo James tratando de ser el moderador.

Una Navidad con mamita recuperada me empieza a sonar encantador...

- Mmm... pensándolo bien, le dije a Perséfone que le daría una respuesta pronto, no creo que quiera perder más momentos de la vida de su hija... - dije tratando de inventar una excusa, así tenga que ver a mi madre, no importa con tal de evitar estar en el mismo lugar que el idiota de Sirius.

- ¡Oh! Entonces, si vas, ¿le podrías preguntar si los merodeadores también podríamos ir? - dijo el Potter mayor con una sonrisa "inocente".

-¡¿QUÉ?! - dijimos Sirius y yo al escuchar a James.

- ¿No tenían asuntos de merodeadores aquí en el castillo? - di que sí, que se te olvidó, vamos.

- Pfff, eso es lo que Sirius dice para molestarte, no hacemos nada, sólo pasar de allá para acá por el castillo. - Sirius lo miraba como si lo fuera a matar.

- Ya cállate, James. - El amigo de Sirius le restó importancia al comentario.

- Hablando de Sirius, mi amigo aquí presente quiere pedir unas sinceras disculpas por haberte dicho tales barbaridades y por haberte ignorado. ¿Verdad, Sirius? - preguntó enarcando una ceja.

Los otros dos merodeadores que pasaban cerca se asombraron por el atrevimiento de Potter.

- James, te estás pasando... - Lupin habló, haciendo acto de presencia. James lo miró y se avergonzó, no había notado que ellos estaban ahí.

- Esperen, bien, ellos tienen razón, a pesar de todo has vivido conmigo toda la vida, te conozco desde pequeños, no debí haberte tratado así, no sólo porque te haya tocado Slytherin debí haberte juzgado, pero eres mi hermana y no te quería lejos. - se sobaba el brazo de arriba a abajo con vergüenza. Esperaba mi respuesta.

Yo sólo no podía decirle nada. No sabia que decirle.

Lo abracé.

Soy blanda cuando se trata de mi familia. Sus sentimientos eran puros, lo sentía.

El me abrazó con más fuerza.

Cuando nos separamos, me despedí de él con un beso en la mejilla, él me lo devolvió. Agité la mano en dirección al resto.

Sirius POV

Cuando se giró, James la seguía observando, agitando la mano con una sonrisa boba en la cara.

- ¡Oh por Dios! No, no puede gustarte mi hermana. Es linda, si, pero ella es mi hermana.

- No es tu hermana, ya no. - dijo él.

- De sangre, no, pero de corazón si. Es una niña, la niñita que lloraba y yo la consolaba. Es como si yo me metiera con tu hermana. Iugh. - hice como si me dieran escalofríos.

- No me agradaría la idea, porque sé que la usarías como a tus conquistas, pero es su vida. En mi caso, yo no soy ninguna amenaza. - dijo mi "mejor amigo".

- Sirius, es sólo James, no es como si fuera Lucius Malfoy el que la invitara a salir. - Remus se metió en la conversación revirando los ojos con fastidio.

... Horas más tarde ...

- ¿Le preguntaste? - interrogué a mi hermana curioso de su respuesta.

- Dijo que no tenía ningún problema, pero, ¿en serio quieres ir? Digo, recién nos reconciliamos hoy, no quiero presionarte a pasar tiempo conmigo si no quieres... - explicó ella, me dolía pensar que le hice tanto daño como para que ella no confiara en mí, todo por mi estupidez.

- No me presionas, tranquila. - mis emociones eran sensatas, ella lo sentía, me encantaba lo empática que podía llegar a ser. - Tengo una pregunta seria para ti...

- Lánzala.

- ¿Te gusta James? - me debía una y lo sabia.

- ¡¿Qué?! Eh... no sabría decirte, nunca lo había visto de esa forma, ¿por qué lo preguntas? - se mostraba indecisa, insegura de querer saber la respuesta.

- Por nada, cosas mías, en fin, debo ir a la biblioteca, Remus me está esperando para hacer la tarea. - dije rodando los ojos, tareas...

- Claro, nos vemos, supongo... - hice un gesto con la mano, despidiéndome.

... Días antes de Navidad ...

Un hombre grande y uniformado nos esperaba de primero en la estación, atrás de él se encontraban guardias bien armados y con expresiones de indiferencia.

Se hicieron a un lado mostrando a Perséfone, esbelta, curvas de infarto, cabello oscuro, ojos claros, toda una belleza, se parecía a las chicas muggles en las revistas del baño de James.

- Por fin llegaron, este lugar me trae viejos recuerdos, los ayudantes llevarán sus cosas, el carruaje nos espera. - ¿ni un saludo siquiera?

- Buenas tardes... soy - interrumpiendo a James exclamó:

- Oh! Querido, no es tiempo de presentaciones, ni saludos, en el vehículo se hace todo eso, estamos expuestos ahora, andando. - dijo y se volteó dejando a un James muy sonrojado de vergüenza.

La seguimos, todo el mundo nos veía con adoración, ya sabía que era guapo, pero tampoco así.