5. Regulus

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ALTAIR POV

¿TI PIIDI LLIMIR MIMÍ?

Sirius y sus comentarios estúpidos.

Todo lo lanzó como una bomba.

Walburga no es mi madre, Perséfone si.

No soy una Black, soy Windsor.

No soy una simple bruja cualquiera, soy una princesa heredera de la casa real de Reino Unido.

Todo esto es tan confuso, han pasado once años y viene ahora a buscarme. Comprendo que la señora no podía faltarle el respeto a su madre, cuando mi ex-madre me decía que no, era no. Pero estamos hablando de otro ser humano, este ser humano.

Aparte, ¿por qué la "abuela" quiere verme ahora? Me aleja y ahora porque tiene un pie aquí y otro allá me quiere de vuelta.

Injusto, totalmente injusto.

Lo bueno es que puedo seguir siendo amiga de Arianne sin ninguna restricción, igual mi madre ya no es mi madre.

Cuando la señora terminó de hablar nos quedó mirando, como vio que nadie diría nada sólo agradeció por nuestra atención y comprensión, dijo que a finales de año nos recogería en la estación, si queríamos pasar Navidad con ella podíamos escribirle y ella nos recogería, pero como todavía no nos acostumbramos a su presencia nos dejaría elegir el lugar en el que pasaríamos las fiestas.

Conociendo a Sirius, se quedará para convivir con sus amigos.

El único que me duele y nadie se ha parado a considerar es Regulus.

Mi dulce Reggie, de un momento a otro ya no tengo mellizo, mi mitad se esfumó. Me odiará cuando se entere de la fatídica noticia.

Corro por los pasillos empujando a estudiantes que se me atravesaban en el camino, debía llegar primero.

Bajo a las mazmorras a toda velocidad, digo la contraseña de la casa. Miro a todos lados esperando verlo, hago un estruendo cuando hago caer un montón de papeles y cosas de Lucius Malfoy, me mira enojado, pero me importa un comino.

Lo veo, tenía un libro en mano, estaba leyendo, pero gracias al estruendo me quedó mirando.

— Regulus, acompáñame, tenemos que hablar.

El asintió, guardó su libro en el bolso que llevaba para sus clases, caminó hacia la salida, yo iba detrás de él.

Llegamos al patio, nos sentamos debajo de un árbol, cerca del lago, lo único que hizo fue murarme de forma expectante, me vio nerviosa, tanto así que jugaba con mis manos, así que tomó una en señal de apoyo.

—Yo... debo contarte algo, me acabo de enterar hoy, pero quiero que sepas que, pase lo que pase, eres mi hermano, mi mellizo, mi otra mitad, que siempre vas a contar conmigo. - apreté su mano, llevé la otra y la junté con su mano libre.

— Altair, me estás asustando, ¿qué ocurre?

— Debes prometerme algo - el asintió, estaba más intrigado aún -, no dejarás de hablarme, apoyarme, ni de cuidarme como lo haces ahora. Promételo, por favor.

— Claro que te lo prometo, eres mi hermanita. - hice una mueca al escuchar el último término.

— Ese es el problema, Regulus. No soy tu hermana.- se me cortó la voz al momento de decir esa frase, agaché la cabeza, no podía verlo, no así.

Deshizo su agarre de mi mano, eso hizo que mi respiración fallara, un dolor se me instaló en el pecho.

Tomó mi mentón con la yema de sus dedos, a comparación de muchos hombres, sus manos eran suaves, Walburga nunca nos había dejado hacer nada.

— Ya lo sabía. - esas simples palabras hicieron que mis ojos se abrieran como platos, recién me lo habían dicho hoy, ¿cómo era esto posible? ¿Por qué no me había dicho nada? Sus emociones me decían que estaba siendo sensato, pe- pero...

— ¿Cómo...? ¿Por qué...? ¿Cuándo...? - no podía formular una pregunta correctamente.

— Cariño, te amo, te dije que siempre serías mi hermana, tú siempre has estado conmigo y, honestamente, tú no pareces Black - lo miré mal, se dio cuenta de mi expresión y se alteró, empezó a balbucear para tratar de expresarse -. Digo, no te pareces a Sirius o a mí, en el sentido de que tu siempre has sido pura de corazón, sólo tenemos once años y tú nunca me has dado la espalda o a Sirius, incluso cuando nadie lo quería cerca por traidor, pero en ti la bondad irradia, algo que en mi familia no ocurre - me tomó del mentón y agarró mi cara por la mejilla, la sobaba como si fuera algo muy delicado, con miedo de dañarme - . Aparte que madre me lo dijo por carta y me explicó la situación en la mañana.

Todo iba bien. ¡TODO IBA TAN BIEN, PERO REGULUS MATA-MOMENTOS BLACK NO PODÍA QUEDARSE CALLADO!

Puse los ojos en blanco demostrándole fastidio por su comentario que dañó el discurso que iba a tener siempre en mi corazón.

El muy imbécil se rió de mí en mi cara.

— Yo también te amo, idiota, pero ¿cómo te lo dijo Walburga? - pregunté con mi curiosidad a flote.

— Ya sabes que me escribe cuando quiere quejarse, hoy no fue la diferencia, dijo de que Lady Windsor había llegado a su casa a cambiar su trato acerca de ti, además que se había llevado ,y cito, al "estorbo" de Sirius. Habló de muchas cosas más, pero apenas el vociferador terminó la carta se deshizo en mil pedazos. Además, mira el lado bueno, podrás seguir siendo amiga de la mestiza sin que nadie te moleste.

Oh cierto, ¡OH CIERTO!

— Regulus, pensé que éramos un equipo, le contaste a Walburga sobre mi amistad con Arianne, eso no se hace, peor entre hermanos, ley de mellizos número dos*.

Se rascó su nuca con pena.

— Bueno, es que te veías tan cómoda con ella, ya ni me parabas bola, vivías diciendo Arianne esto, Arianne aquello, que no pude evitarlo, estaba tan celoso de que ella fuera el foco de tu atención que le dije todo a madre sin pensar en las consecuencias, ya ni siquiera existía la ley número cuatro*.

¿En serio? ¿Tanto así?

— ¡Oh, mi pobre bebé Reggie! Te prometo que eso no va a suceder de nuevo. Voy a organizarme mejor con mi tiempo, pasaré tiempo contigo al igual que con Arianne.

— ¿Un poquito más a mí que a ella, verdad?- ¿Ya dije que mi pequeño es un bebé muy tierno?

— Tal vez un poquito, pero sólo para que no te pongas celoso.

Me tiró del brazo, me subí a su regazo y lo abracé con fuerza, una posición muy extraña para abrazarse, pero era algo que hacíamos desde pequeños.

Sentí como un peso se iba de mi pecho, me sentía plena.


LEYES DE MELLIZOS

2ª ley de mellizos: Mellizo no delata a mellizo.

4ª ley de mellizos: Viernes por la tarde, día de mimos y charlas entre mellizos

La otra BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora