El día en que creyó merecer

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  ࣪˖ ᤴ  𝐀𝐂𝐓𝐎 𝐈                          ̄   ̄   ̄

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Jayce era especialmente popular entre las féminas, por su voz profunda y su cuerpo fornido, solía lanzar guiños y sonrisas coquetas de vez en cuando. Por ello, para Viktor no fue sorpresa el enterarse que su socio, Jayce, estaba pasando por una de sus épocas de enamoramiento fugaces.

Siendo sincero, no lo culpaba del todo, él también se encontraba en su limbo -sin querer admitirlo- en el que estaba completamente fascinado con la joven de ojos (t/c/o), con ma que disfrutaba de soñar en incontables ocasiones. En cualquier caso, el tiempo se encargaría de hacer las cosas marchar.

Cualquiera pensaría que todo quedó ahí, en un simple momento divertido en el que el joven Talis perdió valioso tiempo de trabajo hablándole sobre su fugaz amor a primera vista, pero no fue así. Por eso Viktor se extrañó cuando los días siguientes vio a Jayce aún más apartado de su trabajo, distraído e indispuesto, de igual forma, no le dio importancia, aún cuando prácticamente lo mandó por un tubo con sus planes para su proyecto, alegando que tenía más cosas por hacer, todo por el capricho de estar con aquella joven.

Por ello mismo pasó todo el día en el laboratorio con la cabeza sumida en sus papeles, mismos que por más que leía una y otra vez encontraba absurdos. Cualquier palabra que repasaba y repetía en su mente era básica, inútil, nada se acercaba a lo que quería expresar; quedaba poco tiempo para su gran presentación, si realmente deseaba cumplir con su trabajo tenía que esforzarse más en su monólogo.

Era bastante tarde, por lo que supuso que al final Jayce vendría hasta el siguiente día, eso significaba que tendría el laboratorio para él solo. Vaya diversión que alberga la soledad de una creciente presión.

La pila de papeles crecía sobre su escritorio a la par que el peso que aplastaba sus hombros. Inspiró hondo, en un intento por retener su descontrol y lanzar todo en un ataque de ira. Desde el reciente desprendimiento de Jayce, el trabajo que solía ser para ambos pasaba a manos del castaño, teniendo que sobreexigirse para terminar los pendientes.

No tenía ni idea de cómo hacer ese discurso, de cómo ser el rostro que todos esperaban que fuera. ¡A Jayce parecía salirle todo tan natural! Él no titubeaba cuando las cosas se complicaban ni le temblaba el pulso a la hora de tomar decisiones arriesgadas. Viktor, en cambio, se sentía extremadamente débil, vulnerable, como si fuera a derrumbarse en cualquier momento. Pese a lo mucho que se las empeñaba por mostrarse fuerte, estaba convencida de que no estaba hecha para el rol que la vida la estaba forzando a cumplir.

Chandelier | Arcane  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora