i'm an omega » chaesoo

CINCO

HORA DE COMER

Se estaba volviendo completamente loca, la mayor realmente no sabía cómo proceder.

Bañar a la menor  no había sido complicado, por lo que darle de comer no sería difícil -O eso creía- puesto que hacía media hora que estaban intentando darle de comer a la omega, pero esta se negaba rotundamente.

El día anterior, Chae Young  había dicho que para comer, debían de ofrecerle dulces, ya que a su loba no le gustaba la comida normal, sino caramelos, galletas, postres, etc, que contuviera mucha azúcar.

No tuvieron problema, sin embargo, en este momento no tenían idea de que hacer.

Las seis chicas intentaban con muchas cosas que tal vez le gustaran a la omega, pero nada parecía dar resultado.

— ¿Por qué no comes Rosie? — Preguntaba Jennie, frustrada por no saber que hacer para que la omega pruebe bocado.— ¿Es que no te gusta la comida? Ayúdame Rosie...

Chae Young ignoró las súplicas de su mayor, frunciendo el ceño al no gustarle la comida que le ofrecían.

— Vamos Chae Young, come.— Lalisa le acercaba un plato de pastel de chocolate, sin embargo fue frenado por un manotazo que la menor le dio al plato frente a ella— ¡ROSÉ!

La rubia solo rió por la travesura que había hecho, divertido por hacer enojar a Lisa.

— Mocosa, debes comer o enfermaras. — Siguió Lalisa, recogiendo el desastre de la omega.

— Chae Young, por favor, come bebé...— Se acercó Ji Soo con una malteada de chocolate y caramelo, que parecía bastante ostentosa.

Chae Young solo arrugó su nariz, mostrando su disgusto por la bebida que la mayor le ofrecía.

— Chae, mírame.— Ji Soo alejó la bebida de la más alta y se acercó a mirarla. — ¿Que es lo que sucede? ¿Es que no te gusta lo que te ofrecemos? ¿O te sientes mal? Dime, por favor...

Chae Young solo lo veía, sus ojitos estaban brillosos como si fuese a llorar en cualquier momento.

Un pequeño puchero apareció en los labios de esta, dirigiendo su mirada a la comida a su lado, señalando unas tabletas de chocolate que estaban cerca.

— ¿Qué? ¿Lo quieres? — Ji Soo tomo una de las tabletas y la acercó a la omega, sin embargo esta giró su rostro, mostrando disgusto.

En ese momento, Ji Soo entendió.

A la omega no le gustaba el chocolate.

Y toda la comida tenía de este mismo.

Un fuerte suspiro resonó en la cocina, llamando la atención de las demás amigas.

— No... No le gusta el chocolate...— Dijo mirando a las otras chicas, quienes al oírla transformaron su rostro.

Habían comprado alimentos con puro chocolate.

Nayeon tomo las llaves y miró a los otros.

— Creo que deberíamos ir por algo que no tenga chocolate, ¿No creen?

Las chicas asintieron. DaHyun, Mina y Lalisa salieron de la cabaña con Nayeon, para subirse a la camioneta y manejar hasta el mercado más cercano, que se encontraba a unos cuantos kilómetros de distancia.

Definitivamente, no era su día.

.  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  .  — ;; 🐾

La dulce Rosie comía el pastel de frutas que sus amigas habían conseguido luego de un pequeño viaje al mercado, no habían tardado demasiado, pero la omega se había encaprichado por el hambre que sentía.

Las seis amigas ya se sentían cansadas, si tan difícil fue el primer día, no querían pensar lo que serían los siguientes.

Unos pequeños toques en el brazo de Jennie la quitaron de sus pensamientos. Chae Young había terminado de comer y ahora estaba de cuclillas frente a ella, mirándola con sus bellos ojos.

— ¿Que sucede Rosie? ¿Ya no tienes hambre? — Preguntó Jennie mientras acariciaba la suave melena.

Chae Young se incorporó de su lugar, subiéndose sobre su amiga, quien la aceptó gustosa, acomodándose en sus piernas, escondiendo su rostro en el cuello de Jennie.

— Eres una mimada... Tan tierna..— Jennie  seguía dejando mimos en el cabello y espalda de la omega.

Las demás chicas solo observaban la escena, enternecidas por la imagen de la omega.

Y es que nunca vieron a Chae Young de esa forma, por más que su personalidad era tierna, nunca había llegado al extremo de parecer una pequeña bebé, que necesitara tantos cuidados y atenciones de su parte. Y la verdad era que le sentaba de maravilla, solo hacia ver a la chica más bonita y tierna de lo que era normalmente.

Si, ninguna se negaría a seguir cuidando de la pequeña cachorra.