Eran las 12 de la noche y yo tirada en una plaza llorando. Algo totalmente natural en mi, siempre lloraba, no porque quisiera si no porque era mi unica manera de descargar todo el dolor que llevaba adentro. No tenia amigas con las que pudiera contar, no tenia una familia que se preocupara por mi. Estaba sola en la vida, solo tenia amigas que habia conocido por internet, pero ellas estaban demasiado lejos. No podian abrazarme cuando estaba mal.
Odiaba mi vida, odiaba a toda la gente que se acercaca a mi solo porque tenia plata, odiaba mi cuerpo, mi vida, odiaba todo sobre mi.
-Porque todo tiene que ser tan dificil?.- Grite al cielo, estaba sola en medio de la nada. Nadie iba a escucharme.- Porque nadie puede quererme?.-
-Yo lo hago.-
Levante la vista y lo vi, ahi estaba el con esa sonrisa hermosa como siempre. El era el unico motivo por el cual yo era feliz, el me ayudaba a estar bien, era mi hombro para llorar, era mi consejero. Era la unica persona que en serio quise en mi vida.
Lo vi y corri a sus brazos, lo habia extrañado tanto.
-No me dejes otra vez, no podria soportar perderte de nuevo.- Le dije llorando mientras lo abrazaba.-
-Nunca mas. Estoy aqui para quedarme, por vos. Porque te amo.- Me contesto acariciando mi pelo.- Siempre voy a estar con vos.-
Levante mi vista y lo vi. Yo seguro estaba hecha un desastre, mis ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar, ni hablar de mi pelo que estaba todo despeinado y sucio. Pero el, el siempre se veia bien, sus ojos siempre tenian ese brillo que tanto los caracterizan, siempre con una sonrisa mostrando sus perfectos dientes y su pelo peinado a la perfeccion.
Aaron habia sido el amor de mi vida, fue mi amigo toda la vida, el unico que me apoyo y me defendio de todo el mundo, cuando se fue hace un año atras, mi mundo se vino abajo.
-Te extrañe tanto.-
-Y yo a ti princesa.-
Pasamos la proxima hora sentados bajo un arbol abrazados, Aaron atras mio haciendo circulos en mis manos y yo mirando como lo hacia. Me sentia tan segura en sus brazos, ahi es donde pertenecia. Le conte todo de mi vida, como habia estado y las cosas que me estaban pasando.
-No tenes nada que preocuparte, estoy orgulloso de vos. Aguantaste todo, pero aca estoy yo. Y juntos vamos a seguir para siempre.- Me levanto la barbilla y me dedico una sonrisa hermosa.-
-Te amo Aaron.-
-Te amo Josi.-
Y me beso, me beso con esa delicadeza que solo el sabia. Esos labios que tanto conocia y que me tenian embobada. Aaron era todo lo que necesitaba para ser feliz, y ahora ya iba a volver a sonreir.
