Soñando en muelle de loto

Parte 15

Hola, feliz navidad, feliz año nuevo y feliz lo que siga, me había tomado unas vacaciones, pero ya volví. Espero que hayan disfrutado mucho estos días feriados.

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En aquella habitación se podía sentir la tensión, una capa fina que iniciaba a pesar. Esta atmósfera era totalmente opuesta a toda la festividad de la ciudad Yu, dentro de esas paredes dos lideres se encontraban sentados uno frente al otro con sus respectivas tazas de té.

El silencio era inhóspito y Jiang Cheng no sabía a qué lado mirar, ni como iniciar esa conversación, tampoco como enfrentar el peso de sus decisiones, tomo aire.

-Lo siento – Jiang Cheng traspaso el silencio

- ¿Exactamente por qué se está disculpando líder Jiang? Porque si es algo sobre la relación que mantiene con Zewu Jun no tiene por qué hacerlo - Jin Ling movió la taza de té.

-Las cosas han sido muy rápidas – Soltó tratando de explicar aquello que había surgido.

- Líder Jiang, en realidad solo tengo dos preguntas, la primera es ¿Hace cuanto salió de su reclusión? y la segunda es ¿En ese tiempo pensó en hablarlo conmigo? – La voz de pronto tembló

- Creo que solo han pasado dos días - mencionó Jiang Cheng – Y...

-Puedo saber...- Un trago de aire - Se que soy un niño - Jin Ling elevó su mirada - También sé que llevas toda mi vida preparándome para esto, cada entrenamiento que me diste ha sido para que fuera fuerte y yo no quiero decepcionarte - la primera lágrima inicio a rodar, Jiang Cheng se paralizo, no sabía qué hacer. - Pero no sabes cuánto tiempo desee que estuvieras ahí, que me miraras orgulloso por lo que me había convertido, pero ...

-De verdad lo siento A Ling- El de túnicas moradas se movió y trató de consolar al joven líder, pero este elevó su mano deteniéndolo, su cabeza se agachó.

- ¿Sabe que de todo esto fue lo más difícil? No fue el hecho de descubrir que una de las personas que más apreciaba en el mundo solo me veía como una pieza, tampoco fue el enfrentar a la persona que causó la muerte de mis progenitores, ni el de tener aquella responsabilidad tan de repente. Lo más difícil fue... Que mi padre - su mirada volvió a elevarse mientras sus lágrimas bañaban su rostro - Mi padre no estaba ahí. Cuando algún tonto niño mencionaba que no tenía padres, solo quería llorar, pero entonces había alguien, alguien que ese día trataba de consolarme, era un desastre haciéndolo, ya que creía que si entrenábamos juntos era divertido; pero con el tiempo lo fue, porque eso significaba pasar tiempo a lado de él.

Jin Ling limpio sus lágrimas y miro fijamente al de túnicas moradas.

-Líder Jiang quiero contarle sobre mi padre, nunca lo he llamado de esa forma porque él me ha dicho que es irrespetuoso, que siente que olvidó a mis verdaderos padres; pero lo cierto es que fuera de unas pinturas, historias y una espada no tengo como recordarlos. Les agradezco que dieran mi vida, pero mi padre, es mi jiu jiu. Él me hacía entrenar todos los días de manera rigurosa, sin embargo, en cuanto veía que iniciaba a temblar se detenía y me daba algún jugo extraño para relajar los músculos. Él me enseñó todo sobre el arco y me obsequio el primero, lo partí a los tres días porque quería mejorar, ser tan bueno como él.... – Tomo aire y la mucosidad se iniciaba a sentir – Él... puedo contarle las veces que lo he visto sonreír con los dedos de mis manos y sé que sobran, pero ¿sabe que no puedo contar?, la cantidad de veces que me pidió ser fuerte, que estuvo ahí dándome un obsequio que, aunque no sabía para que servía me lo entregaba, porque ese es mi padre, el que ha estado en cada etapa de mi vida, pero entonces, un día, uno en el que necesitaba de su consuelo me envió esto - Jin Ling extendió la campana plateada que todo este tiempo mantuvo en sus túnicas. - Me entrego otro de sus regalos y de nuevo no conocía su significado, no entendía su pretensión, en cambio, yo solo quería que él estuviera ahí, conmigo, dándome una mirada fría, no era mucho lo que pedía.