Ahora puedes volar | By Doka

Suplica más, no se oye

— ¿Qui-Quién eres? ¿Por qué me haces esto? Déjame ir ... Por favor — Suplico sin cesar, sentía lágrimas caer.

— Shh, tranquila, todo está bien.

     Me saca del apartamento, caminé con dificultad debido a su mano aún apuñada en el cuello de mi camisa.

— No te diré quién soy, solo soy el que cumple tu dulce sueño. — Carcajea. — No entiendo porqué te comportas así, ¡deberías estar feliz! Cumpliré tu sueño.

     Su voz es áspera y gruesa, al querer mirar atrás alcance a ver su tez canela.

— ¿De qué jodido sueño hablas? ¡Déjame ir! — Me sacudo lo más fuerte que puedo y logro zafarme de su brazo. 

     Corro de prisa hacia las escaleras y golpeo todas las puertas que puedo con la esperanza de que alguien me oiga y me saque de esta pesadilla.

     Golpeo puerta por puerta, bajo escalón por escalón, hasta que resbalo y caigo por todas las escaleras, cayendo fuertemente a planta baja.

— Mierda ...

     Creo que me rompí algo, mi brazos y torzo palpitaban.

— Ah Lery — Suspira. — ¿Qué no sabes? No puedes escapar de mí así de fácil, ¿te encuentras bien?

— Ayuda ... — Susurro. — Por favor ... Alguien que me ayude.

     Trato de pararme, pero algo no anda bien, mis piernas no respondían, pruebo con arrastrarme, pero es inútil, agarra mi tobillo y me hala hacia él.

— Ya es momento de cumplir tu sueño Lery, quiero que seas feliz, tanto como yo lo fui.

— ¡No entiendo de que jodido sueño hablas! ¡Solo suéltame! ¡por favor! — Suplico sin parar, me carga pasando su brazo detrás de mi espalda y su otro brazo por debajo de mis rodillas, siento cómo aprieta mi cuerpo contra él.

     Noto cómo mi cuerpo sigue palpitando de la cintura para arriba, temblando levemente también, el entumecimiento en mis piernas me hace preguntar si tuvo algún efecto secundario esa caída. Sin embargo, ya no sé qué me depara, el dolor provocado y el sudor frío en mi frente es lo único que me dice que ésta es la realidad, no es un sueño.

     Ojalá fuera un sueño.

— ¿No te acuerdas? Tú misma lo dijiste "Mi deseo es poder volar" ... "¿Cómo se sentirá estar por los cielos? Tocando las nubes", no sé porqué te quejas... Deberías estar feliz, malagradecida. — Masculla enojado, su agarre se vuelve más fuerte y el dolor se extiende nuevamente.

— ¡Sueltame, YA! ¡No sé de qué carrizo estás hablando! — Exclamo. — ¡Lunático!

— Sí, sí, lunático, malnacido hijo de puta, desgraciado infeliz, etc. Muchos de esos apodos son bastante elocuentes, mas no he oído un "gracias" o "eres lo mejor" ... Es un mundo lleno de malagradecidos. — La impotencia en su voz reluce.

— Espera, eso quiere decir que ya ha hecho esto ... Dios santo, no es posible, ¡¿Es un asesino serial?! — Pienso.

» — Aunque, solamente contigo he llegado a hacer esto, las personas anteriores no lograron cumplir su sueño y no me importaba si lo hacían o no, con tal me pagaran.

     ¡¿Un sicario?!

» — Pero tú, Lery, eres especial, no sé el porqué, pero contigo no me puedo permitir que no lo cumplas o bueno ... Quizás si conozco el porqué.

» — Si tan solo hubieses escuchado, no estarías así — Suspira. — Ya no puedes mover tus piernas, ahora tu única opción es volar, — Carcajea. — porque caminar ya está fuera de tu capacidad.

     Palidecí al escucharlo.
   
     ¿Ya no puedo caminar? Por eso no sentía mis piernas ...

     Finalmente el ascensor llegó, entramos y marcó el último piso.

— ¿Qué me vas hacer? ¿A dónde me llevas? — Pregunto con mi hablar tembloroso, tenía lágrimas secas y lágrimas nuevas que amenazaban en salir en cualquier momento.

— Solo te llevaré a volar — Tararea.

     Llegamos al último piso y fue directamente hacia las escaleras que iban a la azotea.

     Volar ...

     Azotea ...

     ¡¿ ... ?!

     No, no puede ser, no es lo que pienso, mi mente solo me está haciendo una mala jugada.

     Llegamos al final de las escaleras y todo estaba oscuro, abre la puerta de una patada y la fría brisa de la azotea me choca en la cara, impactandome en toda mi cara la cruda verdad.

     Sí es lo que yo pensaba.

— No ... Bájame ¡Déjame ir! ¡Por favor! ¡No quiero morir! ¡NO QUIERO VOLAR!

— ¡CLARO QUE QUIERES! ¡CÁLLATE!

     Me suelta al piso como si fuera un saco de papas, haciéndome soltar un grito de dolor.

» — ¡Ah! Lo siento, perdóname — Se disculpa con un tono de arrepentimiento, como si fuera a llorar por el error que cometió.

» — No quise lastimarte, debió doler, esto era lo menos que quería, — Se disculpa — quiero tratar bien a mis clientes, pero no me la dejan fácil ... ¿Me perdonas?

— ... Basta, solo suéltame, te lo pido, no se lo diré a nadie si quieres que te perdone, suéltame.

— No sé cuan lunático está, pero prefiero apostar en manipularlo a ver si cae. — Pienso.

— Lo lamento princesa, no será posible ... tengo una misión que cumplir contigo y es hacerte volar, así que deja de tratar de manipularme — Me carga de nuevo pero esta vez con brusquedad.

» — ¿Me crees idiota? ¿Es eso? ¿Crees que puedes hacer lo que te plazca con las personas? ¿Ah?

— ...

— ¡RESPONDE! — Me suelta nuevamente pero con más fuerza, el dolor es insoportable, no pude evitar botar lágrimas y un grito inentendible.

— ¡No, no! N-no ... No te creo idiota, perdón, discúlpame ... — Mi voz se quiebra.

— Eso creí. — Vuelve a levantarme, pero sin ningún cuidado, haciendo que mis heridas vuelvan a doler.

     Con qué este es mi final ...

     No disfruté de mi vida, tengo más arrepentimientos que buenos momentos.

     Pensé que tendría tiempo para olvidarlas ... Fue demasiado tarde.

     ¿Por qué a mí?

     ¿Por qué me sucede esto a mí?

     ¿Qué hice?

     ¡¿Qué hice para merecer esto?!

     ...

     Quiero otra oportunidad, no quiero irme así.