09| El precio del poder

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Tras explorar lo que sería la nueva casa de Yeji, ella y Wonwoo decidieron volver a la casa de él, donde sí tenían ropa para la mañana siguiente.

—Mañana es nuestro día libre. —habló Wonwoo. —Así que estaba pensando en que mañana podemos ir de compras para tu nueva casa. —se sentó en la cama y se quitó los zapatos. —También podemos invitar a Hansol y a Seungkwan.

—¿Le estas echando más leña al fuego? —se recargó en la pared mientras cruzaba sus brazos.

—Considéralo una cita doble. —sonrió mientras se quitaba la corbata. —Le compraré a mi novia dos o tres atuendos. —se quitó el saco. —Y podemos comer en el lugar que tú quieras.

—Bueno, no sonaría tan mal si no me hubieras regalado una casa hace una hora. —se quitó los zapatos. —Además, durante la tarde se hará tu nombramiento oficial, ¿no?

—Tengamos una cita, usemos ropa cómoda y vayamos al centro comercial. —pidió. —Lo haremos temprano.

—Bien, hagamos eso. —sonrió.

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Ambas parejas decidieron encontrarse en el centro comercial, por lo que Wonwoo y Yeji los estaban esperando en la entrada.

—Te ves bastante guapo así vestido. —dijo Yeji. —Cualquier persona que te hubiese visto en ese traje ayer pensaría que es tu ropa de todo el día.

—Así que me veo muy bien en traje también. —sonrió.

—No sé por qué sigo alimentando tu ego. —volteó hacia otro lado.

—Te ves muy bien también, seguro muchos hombres están celosos de que tengo una novia tan bonita como tú. —tomó su mano.

Yeji sonrió y lo miró.

—Oh, chicos, aquí están. —dijo Seungkwan acercándose a ellos.

Hansol venía detrás de él, Seungkwan parecía bastante emocionado.

—Que bueno que vinieron. —Yeji abrazó a Seungkwan.

—Nos sorprendió que llamaran tan temprano. —admitió Hansol.

—Sí, fue algo que se le ocurrió a Wonwoo ayer en la noche. —explicó Yeji.

—Bueno, el día de hoy, yo pagaré por todo lo que ustedes quieran. —Wonwoo miró a Yeji y a Seungkwan.

—Estas loco. —dijo Yeji.

—Wonwoo, mejor que cada quien pague lo suyo. —dijo Seungkwan. —Todos trabajamos así que...

—Por favor, déjenme hacerlo. —pidió.

—Yo pagaré lo de Kwannie. —dijo Hansol tomando la mano de su novio. —Considéralo otro regalo.

(...)

—¿Le diste la casa? —preguntó Hansol.

—En contra de toda su voluntad. —suspiró. —Acordamos que me pagará una renta, es bastante baja, pero no era lo que yo quería.

—Supongo que con el auto fue igual.

—Aún no le digo sobre eso. —admitió. —Si con decirle que le compraría dos o tres atuendos se molestó, no me quiero imaginar con el auto.

Justicia Criminal [Wonwoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora