Justicia Criminal [Wonwoo]

13| Mala suerte

Yeji nunca había tenido un dolor de cabeza como el que estaba experimentando en ese momento. Se puso de pie y corrió al baño, sacando todo el alcohol que aún tenía en su estómago, definitivamente se sentía del asco.

Se duchó y lavó los dientes, se vistió y salió de su habitación.

—¡Identifícate! —gritó al ver a alguien de espaldas en su sofá. —Jeongin, si eres tú, te juro que...

—Tranquila, soy yo. —se puso de pie y se giró para verla.

—¿Qué... qué haces aquí? —no sabía si debía estar o no alerta.

—Rompí tu cerradura, aquí están las llaves de la nueva. —las colocó en la mesa de centro. —Hay sopa de algas en la cocina, la preparé hace poco así que debe estar caliente aún. —aclaró su garganta. —Nos vemos en el trabajo. —hizo una leve reverencia y dio media vuelta.

—Wonwoo. —lo llamó, él no respondió pero sí se detuvo. —¿Anoche...?

—No. —dijo enseguida. —Jeongin intentó hacerte algo y presionaste un botón de pánico. —explicó. —Le dije a Jihoon que tuviera lista una orden de arresto, sólo necesita tu declaración así que pronto te contactará.

—No puedo hacerle eso. —susurró, pero Wonwoo la escuchó.

—Golpeó a Alisson hace tiempo, ella levantará una denuncia de cualquier forma. —tomó aire. —Nos vemos Yeji. —dicho esto, salió de ahí.

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—No me llamaste. —recordó.

—¿Por eso viniste por mi? —levantó una ceja.

—Vine a devolverte el estupido auto. —le dio las llaves.

—Deja de hacer berrinches, es muy temprano. —le devolvió las llaves.

—Hansol, nunca me tomas en serio. —se quejó. —Terminemos.

—Seugngkwan, mi...

—No eres una persona razonable. —cruzó sus brazos. —Quiero que vengas a mi casa y vivamos toda la vida juntos pero tú sólo me tratas como a un niño pequeño.

—Yo...

—Aún no termino Vernon. —dijo entrando a la casa. —Quiero poder hacer contigo todo, absolutamente todo. —estaba frustrado. —Y se que ya diste un gran paso, pero estás por echarlo a la basura sólo porque no me das una buena razón así que...

—No es un buen momento. —tomó sus manos.

—¿Qué? —alzó una ceja.

—Es que... mamá esta aquí. —dijo en voz baja.

—¿Tu mamá? —preguntó en un susurro. —Lo siento, hablemos en otro momento.

—¿Por qué hablar en otro momento? —se escuchó una voz femenina al pie de las escaleras. —Déjame conocer a tu novio. —se acercó.

Seungkwan se giró para mirarla e hizo una reverencia.

—Mucho gusto, soy Boo Seungkwan. —dijo él.

—Basta. —Hansol hizo que se incorporara. —No necesitas saber nada, hoy vuelas de nuevo.

—Quiero conocer al novio de mi hijo, creo que tengo derecho. —dijo molesta.

—Tenemos tiempo antes del trabajo, tal vez... —Seungkwan intentó decir.

—No, no tienes derecho. —Hansol suspiró. —Sofía no tarda en llegar, deberías subir por tu maleta.