Relato corto

57 16 5
                                    


Unico capitulo.


Al acceder dentro de la casa, y después de que uno de los policías a cargo de la vigilancia de la escena del crimen entrara primero, nos aseguramos de colocarnos las bolsas de plástico en nuestros zapatos; cubriéndolos bien, además pisamos el suelo de la casa sin dejar nuestras huellas. Llegamos con el policía hasta la habitación del piso de abajo, donde no contenía muebles en medio de la misma, solo una mesa y una computadora encima, también una cámara de fotos, y no tenia puerta ni pared, solo una tela de color roja que la tapaba. Dos personas se encontraban en el suelo mutiladas, una mujer sin pierna, aparentemente cortada por la rodilla, el hombre sin uno de sus brazos.

Me aproximé a los cadáveres y me agaché en cuclillas frente al cuerpo de la mujer, me percaté de no tocarla directamente, entonces solo la examiné y a la vez observé. Mi compañera Sydney Doyle examinaba el cadáver de junto. Mientras tanto, el policía que nos acompañaba se empezó a sentir mal.

—Puedes salir, a tomar aire —le mencionaba Sydney al policía.


—Gracias... —respondía él, mientras se alejaba, aparte los cadáveres olían realmente mal. O le provocaba impresión la vista de dentro. 


—La sangre de las amputaciones esta casi seca y ya no cae la sangre. El resto de sangre se encuentra esparcida por el suelo, donde faltan las extremidades —agregué describiendo la escena. 


—Si, faltan las extremidades, se las cortaron... ¿y las tomaron como recuerdo? 


—Pero no solo es eso, puede tratarse de un caníbal, suelen llevarse las partes para comérselas —miré a la joven criminalista al momento de hablarle.


—Eso es asqueroso. Debe ser alguien que está acostumbrado, de otra forma ya se hubiera encontrado en el hospital.

Cuando el forense ingresaba al lugar, unos minutos después trasladaron los cuerpos con mucho cuidado a una bolsa color negra, la cual cerraron con el cierre y la subieron sobre una camilla, de esa manera pudieron llevar los cadáveres sin tener que moverlos mucho. Durante el proceso examinamos dentro de la casa para obtener alguna evidencia. Pero, por el momento no se encontraba nada.

Regresamos al laboratorio criminalistico, yo fui con el forense, y me dijo que los cortes fueron en forma inclinada y con un objeto punzo cortante, aunque podían contener un poco de grosor al final, fueron bastantes cortes para lograr quitarle la pierna y el brazo a los cuerpos, solo teníamos la oportunidad de encontrar el arma homicida a partir de las heridas ocasionadas en los cortes del cuerpo.

Hicimos la recreación de las cortaduras y probamos varios objetos punzantes, hasta que una coincidió con las cortaduras; se trataba de un hacha.

Más tarde el policía Lincoln Carlson que siempre nos ayudaba en los casos, se dirigía a los alrededores de la casa en donde habíamos hallado los cuerpos mutilados, y buscaba lugares en donde vendieran esa clase de hachas; por la zona. En una ferretería o tlapalería donde el Capitán Carlson se detuvo, habían vendido una hace poco, eso le dijo el vendedor, por esa razón examinamos las que tenían en el lugar para ver si coincidía; en efecto así fue. Así que le pedimos el nombre del sujeto a quién le vendió recientemente el hacha, el vendedor se resistió un poco, porque no quería salir implicado en esto, pero tal vez para él eran confidenciales esta clase de cosas. Luego de un par de minutos de insistencia aceptó, y al conseguir el nombre buscamos la dirección del susodicho, Carlson visitó al sospechoso en su casa.

El policía llevó al sospechoso a la habitación de interrogatorio, y le hizo unas preguntas, yo no estaba presente solo mi compañera Sydney y el Capitán de policía. Aparentemente el sujeto no se veía que estuviese conciente, como si viviera en otro mundo, y al investigarlo, los archivos nombraban que al parecer sufría una enfermedad mental, lo que nos afectaba el caso.


—Yo los maté —agregaba con brusquedad, lo que causo un ligero escalofrío en mi piel, sin embargo no pensaba en las palabras, en momentos no decía nada. Confesó que él era el culpable de ambas muertes.


—¿Qué hiso con las partes faltantes del cuerpo? —emitía el policía.


—Me los comí —sin ton ni son mencionaba el acusado.


Si era el culpable lo enviarían a un Neuropsiquiátrico para que no le hiciera daño a nadie más, en la cárcel no, porque era una persona con un problema mental y podría asesinar a cualquier preso, por razones desconocidas, además era un caníbal. En un Neuropsiquiátrico lo tratarían, pero no iba a estar libre después de lo que hiso.



Final.

Canibalismo #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora