Ante los ojos del Duque Mai era como una niña la cual no despertaba ningún interés, al duque les gustaba mujeres cual su comportamiento era de cierta madurez y no la de una de 15 años.
El mayordomo se marchó después de que el duque acabará el té, mientras que el duque se volvio a concentrar en su trabajo.
Estuvo trabajando durante toda la mañana y parte de la tarde en su estudio hasta que uno de los sirvientes del príncipe fue a decirle que su presencia era requerida en el palacio.
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