𝑪𝒂𝒑 4| 𝐃𝐮𝐪𝐮𝐞𝐬𝐚

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Mai había estado todo el día en el jardín disfrutando de la suave brisa que corría entre los árboles, había entrado a la casa a la hora de la comida y volvió a comer sola ya que el duque había tenido mucho trabajo y luego había salido.

Por la tarde como no tenía nada más que hacer le pidió a una de las sirvientes que le mostrará la mansión. Era un lugar sin duda alguna increíble, pero se sentía de alguna manera vacío y frío.

Mai se tardo toda la tarde en poder recorrerla y cuando llegó la hora de la cena se estaba muriendo de hambre , creyó que cenaría sola, pero en esta ocasión el duque le estaba esperando para cenar, cuando entro al comedor el duque fijó su mirada en ella, cosa que hizo que se sintiera sumamente nerviosa.

─𝖠𝗁𝗈𝗋𝖺 𝗉𝗈𝗋𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖾 𝗆𝗂𝗋𝖺 𝖺𝗌í.

Su mirada era tan intensa que quiso salir corriendo pero tenía mucho miedo de lo que él haría si se escapaba.

Las sirvientas sirvieron la cena y luego los dejaron a los dos solos en un silencio incómodo.

Mai empezó a comer pero estaba tan nerviosa que no pudo disfrutar de la comida.

─𝖬𝖺ñ𝖺𝗇𝖺 𝗏𝖾𝗇𝖽𝗋á 𝗎𝗇 𝗆𝖺𝖾𝗌𝗍𝗋𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗍𝖾 𝖾𝗇𝗌𝖾ñ𝖺𝗋á 𝖾𝗍𝗂𝗊𝗎𝖾𝗍𝖺.

─Ah...Muchas gracias

─Pueda que pronto tenga que marchar al norte, si hay algo que necesites se lo puedes pedir a Forest.

─Estarás mucho tiempo fuera.

─Aún no estoy seguro.

Puedes hacer o que quieras con tu tiempo libre siempre y cuando no salgas de la mansión.

─Si...

─Si recibes invitaciones de los nobles debes rechazarlas todas, también he dado la orden de que si algún noble viene a verte que digan que tu salud no es muy buena y no puedes recibirles.

─Sí, mi señor

─Hasta que no hayas aprendido cómo debe comportarse correctamente una dama no harás tu debut en la sociedad.

Después de cenar el duque se levantó de la mesa y se encerró en su estudio, antes de retirarse a su habitación el mayordomo se acercó a Mai y le dijo que el duque tampoco iría esa noche a su habitación.

Lo cual hizo qué Mai sintiera agradecida ya que estaba muy cansada por haber recorrido la mansión en la tarde, así que se fue a su habitación. Dos sirvientas le estaban esperando en su recamara y la ayudaron a bañarse y a ponerse el camisón.

Ellas habían hecho lo mismo que le día anterior y luego la dejaron sola para que descansara, Mai estaba tan cansada que se quedo dormida al instante.

Al día siguiente las sirvientas le fueron a levantar y prepararon un vestido rosado el cual era aún más voluminoso que el anterior y sumamente incómodo.

Esa mañana Mai desayuno sola ya que el duque estaba muy ocupado, después del desayuno el mayordomo la llevó a la biblioteca que había en la casa donde el profesor la estaba esperando con una pila de libros para que los empezará a memorizar.

"𝖯𝖺𝗋𝖺 𝗊𝗎é 𝖽𝖾𝗆𝗈𝗇𝗂𝗈𝗌 𝖼𝗋𝖾𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝖾 𝗆𝖺𝗇𝖽𝖺𝗋𝗈𝗇 𝖺 𝗅𝗅𝖺𝗆𝖺𝗋, 𝗌𝗂 𝗇𝗈 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖾𝗇𝗌𝖾ñ𝖺𝗋𝗆𝖾 𝗆𝗈𝖽𝖺𝗅𝖾𝗌."

Eso fue algo que penso pero no se atrevió a decirle al profesor y simplemente escuchó en silencio.

La tarde no había sido mucho mejor que la mañana, ya que el ya que el profesor Wilson empezo a impacentar debido a su falta de interes , pero Mai estaba tan aburrida que hubo un momento en el que incluso se quedo dormida.
Cuando por fin llegó el mayordomo y anunció que el duque lo esperaba en el comedor para cenar, Mai se sintió sumamente feliz porque por ese día ya habían acabado por fin esas tediosas clases.

─¿𝖢ó𝗆𝗈 𝗁𝖺𝗇 𝗂𝖽𝗈 𝗍𝗎𝗌 𝖼𝗅𝖺𝗌𝖾𝗌?

─𝖬𝗎𝗒 𝖻𝗂𝖾𝗇 𝗀𝗋𝖺𝖼𝗂𝖺𝗌 𝗉𝗈𝗋 𝗌𝗎 𝗉𝗋𝖾𝗈𝖼𝗎𝗉𝖺𝖼𝗂𝗈𝗇 𝗆𝗂 𝗅𝗈𝗋𝖽...

─𝖬𝗂𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺𝗌 𝗌𝖾𝖺𝗌 𝗆𝗂 𝖾𝗌𝗉𝗈𝗌𝖺 𝗇𝗈 𝗍𝖾 𝖿𝖺𝗅𝗍𝖺𝗋á 𝗇𝖺𝖽𝖺, 𝗉𝗈𝖽𝗋á𝗌 𝖽𝗂𝗌𝗉𝗈𝗇𝖾𝗋 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝖼𝖺𝗌𝖺 𝗒 𝖽𝖾 𝗍𝗈𝖽𝗈𝗌 𝗅𝗈𝗌 𝗌𝗂𝗋𝗏𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾𝗌 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗀𝗎𝗌𝗍𝖾𝗌. 𝖲𝗂 𝗇𝖾𝖼𝖾𝗌𝗂𝗍𝖺𝗌 𝗋𝗈𝗉𝖺, 𝗓𝖺𝗉𝖺𝗍𝗈𝗌, 𝗃𝗈𝗒𝖺𝗌 𝗈 𝖼𝗎𝖺𝗅𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋 𝖼𝗈𝗌𝖺 𝗉𝗎𝖾𝖽𝖾𝗌 𝗉𝖾𝖽𝗂𝗋𝗅𝖾 𝖺 𝖠𝗅𝖿𝗋𝖾𝖽 𝗊𝗎𝖾 𝗆𝖺𝗇𝖽𝖾 𝖺 𝗅𝗅𝖺𝗆𝖺𝗋 𝖺 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝖼𝗂𝗎𝖽𝖺𝖽.

─𝖬𝗎𝖼𝗁𝖺𝗌 𝗀𝗋𝖺𝖼𝗂𝖺𝗌 𝗆𝗂 𝗌𝖾ñ𝗈𝗋.

─𝖬𝖺ñ𝖺𝗇𝖺 𝗆𝖺𝗋𝖼𝗁𝖺𝗋𝖾 𝗒 𝖾𝗌 𝗉𝗋𝗈𝖻𝖺𝖻𝗅𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌𝗍é 𝖿𝗎𝖾𝗋𝖺 𝗉𝗈𝗋 𝗎𝗇 𝗅𝖺𝗋𝗀𝗈 𝗍𝗂𝖾𝗆𝗉𝗈, 𝗉𝗋𝗈𝖼𝗎𝗋𝖺 𝗇𝗈 𝖽𝖺𝗋 𝗉𝗋𝗈𝖻𝗅𝖾𝗆𝖺𝗌 𝖾𝗇 𝗆𝗂 𝖺𝗎𝗌𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺.

─𝖲𝗂 𝗅𝖾 𝖺𝗌𝖾𝗀𝗎𝗋𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗇𝗈 𝗍𝖾𝗇𝖽𝗋𝖺 𝗇𝗂𝗇𝗀𝗎𝗇𝖺 𝗊𝗎𝖾𝗃𝖺 𝗌𝗈𝖻𝗋𝖾 𝗆𝗂.

─𝖤𝗌𝗈 𝖾𝗌𝗉𝖾𝗋𝗈.

Después de terminar de cenar Wakasa se encerro rápidamente en su despacho como hacía siempre.

Antes de retirarse Olivia le pidió al mayordomo si podía mandar a llamar  a algún diseñador ya que deseaba  algo de ropa la cual no fuera voluminosa e incómoda de llevar, y como el duque había dicho que podía pedir lo que necesitará ella pensaba en tomar su palabra.

Al día siguiente Mai se levantó más pronto para así poder despedir al duque antes de que marchara, pero cuando bajó el mayordomo, le dijo que el duque había marchado hace un rato

La verdad no era como si Mai quisiera despesirse de él ya que cada vez que estaba cerca de él se sentía como un pequeño conejo ante las garras de un lobo, sin embargo ella era su esposa y debía comportarse como tal.

Ese día había estado estudiando todo el día como el día anterior, fue sumamente aburrido y cuándo llegó  la noche Mai se sintió sumamente agradecida de por fin poder descansar tranquila.

𝑪𝒐𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒂𝒓𝒂



Lα εsρσsα dει dυqυεDonde viven las historias. Descúbrelo ahora