Soy Tatiana

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22 de octubre de 1993

Todo comenzó en una tarde mientras mi madre discutía con mi padrastro, nunca entendí muy bien que fue lo que vio en él.

Supongo que mi madre nunca tuvo el talento de elegir un buen hombre, según me cuentan, mi padre también era un patan. No se mucho de él, pero lo poco que he escuchado no hace que tenga muchas ganas de saber sobre él

Aquella tarde, mientras mamá discutía con mi padrastro, él la empujó hacia el frente golpeando su barriga de meses de embarazo , según cuentan los vecinos, el sangrado que esto le provoco era demasiado.

Le llevaron al hospital tan pronto como fue posible, y a pesar de que lucho con todo, solo una de las dos podría salir viva de aquel hospital. Y pues bueno, ya ustedes imaginaran que paso.

Nunca conocí a mi madre. Tuve que crecer con el bastardo de mi padrastro, a quien nunca le gusto el trabajo pero le encantaba el dinero fácil y el alcohol.

Un día,15 años después, mientras me encontraba limpiando la casa, el llevo a un amigo suyo para ver un partido y beber algunas cervezas. Esas reuniones por lo general acababan mal y esta no fue la excepción.

Al acabar el partido, el hombre me siguió hasta la cocina, me tomo de los brazos y tomándome por la fuerza contra la pared, grite por ayuda ,en aquel momento solo puede escuchar como mi padrastro salió de la casa.

Yo suplicaba que me liberara pero el hombre insistía.

¿Sabes cuanto dinero me debe tu padre? - Decía el hombre mientras introducía sus dedos en mis partes íntimas.

¡Ese bastardo no tiene dinero ,y alguien debe pagar por ello!

Desesperada, intente desprenderme de sus brazos pero era imposible.

Toda mi vida había hecho lo posible por sobrevivir y ese día entendí que por más fuerte que gritará, nadie vendría a rescatarme y por más suplicará ,él no me soltaría

Fue aquí cuando comencé a besarlo como sí lo disfrutará

¿Te gusta ahora? Dijo el hombre introduciendo sus dedos dentro de mí.

En un impulso apasionado, empujé al hombre hasta el otro costado de la cocina donde había un cuchillo filoso. Lleve mi mano hasta su espalda y me acerqué hasta él hasta que pude tomar el cuchillo.

Le pedí que besara mi cuello, aunque sus labios rozando mi piel era la sensación más asquerosa que hubiera tenido en toda mi vida.

Levante mi mirada hacia la imagen religiosa que se encontraba en la puerta de la cocina,mis ojos se inundaron de agua.

Tome el valor y con todas mis fuerzas clave un primer puñal en su cuello. Saque el cuchillo y no deje apuñalarlo hasta que retiro sus asquerosos dedos de mis partes intimas.

Con mis labios temblorosos y mis ojos bañados en agua, me lleve al otro costado de la cocina donde pude ver el charco gigantesco de sangre y al hombre que había comenzado convulsionar por las heridas.

Aterrada , tome un suéter para tapar mi blusa ensangrentada ,salí por una ventana trasera y entre favela y favela, fui alejándome de casa.

Camine tanto que llegue a la playa de Copa Cabana.

Cundo llegue frente a ala playa, me deje llevar por la olas y camine hacia ellas, sin importar sí llevaba ropa o sí sabía nadar o no, simplemente me interne en el agua hasta que se hizo tarde flotando sobre el agua. Al salir del estaba exhausta y acabé durmiendo sobre la arena.

Algunos días pasaron, entre los que revolqué algunos basureros, robé algunos supermercados y me duche con agua de mar.

Un día ,caminaba sin rumbo por la ciudad y me encontré con un burdel que hace mucho deseaba conocer. Algunos antiguos amigos de mamá cuentan que una de sus mejores amigas era la madame de un famoso club llamado "El Sao". Todos hablaban de aquel lugar como sí fuera un palacio, un lugar de otro mundo. Temerosa pero sin muchas opciones, entre en aquel lugar y pregunte por aquella amiga de mamá

Inmediatamente entró al lugar una glamorosa mujer mayor que hacía llamar Rubí . Parecía egocéntrica y digna de temer pero en cuanto supe quién yo era, su rostro cambio y desde ese día, me acogió.

Desde ese momento, ella se convirtió en lo más cercano a una figura materna que alguna vez tuve.

En el Sao encontré algunas buenas amigas entre las chicas del club, quiénes Rubi también veía como a sus hijas , pero había una diferencia, a mi me prohibió rotundamente acercarme a su negocio, según decía, ella no querría nunca verme como a las chicas, "viéndome como a un objeto ante los ojos de los hombres.

Cómo conocí a Carmen, en Madrid.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora