●Mar sin luna●

870 90 16
                                    

El faro de Liyue se encontraba en la entrada de la misma ciudad. Esta estructura había sido una de las primeras edificaciones que se habían erguido en los primeros años de la formación de la ciudad. Gracias a la magia adéptica, dicha construcción no requería trabajo manual para guiar los barcos en la oscuridad de la noche o en intensas neblinas. A pesar de su gran utilidad al pueblo del Rey Geo, era muy poco concurrido. Ideal para un encuentro a escondidas.

Como le era natural, Zhongli había llegado unos momentos antes de medianoche al punto de encuentro acordado. La puntualidad era uno de sus fuertes; aunque le generaba un poco de nerviosismo estar esperando lo inesperado, rasgo característico del Childe que conocía. Su amante era así, una carta salvaje, alguien impulsivo, incapaz de seguir un patrón.

Era una noche oscura, las escasas estrellas brillaban débilmente. El oleaje se meneaba con ligereza contra la costa. La brisa marina era suave, sutilmente refrescante. La noche de hoy estaba poblada con nubes, no nubes de tormenta, simplemente nubes.

Una vez más, el consultor no pudo evitar comparar el cielo nocturno con los ojos del heraldo. Zhongli amaba describir los ojos de Childe y sus aparentes facetas. Sus ojos actualmente eran un mar sin luna, salvajes olas opacadas por la oscuridad carentes del brillo natural que otorgaba el satélite. Bellos jades sin brillo. Si bien la mirada del pelirrojo siempre le hizo ruido, ahora... era realmente alarmante. ¿Cómo era posibles que esos orbes azules se vean aún más apagados? ¿Cómo era posible romper aún más a Childe?

― Zhongli... ―se anunció el recién llegado. El heraldo portaba ropas de civil, no sus ostentosos ropajes con los que se lo veía normalmente. Aún portaba el parche carmesí.

El consultor lo invitó a sentarse a su lado con su mano. El pelirrojo le obedeció sin rechistar. Comportamiento diferente al que había visto hace unas horas. ¿Qué había cambiado?

Una vez a su lado, Zhongli pudo notar lo tenso que se encontraba el contrario. Su lenguaje corporal le estaba jugando en contra: con una postura rígida y el temblar de sus manos, todo indicaban disconformidad.

― Ajax, te extrañé más de lo que te imaginas ―dijo el castaño con suavidad, invitando a su pareja a relajarse, a estar cómodo, a crear ese ambiente de intimidad que solían tener. Childe lo miró con angustia escrito en el rostro. Lagrimones comenzaron a formarse en sus cuencas.

― Li, lo siento tanto, rompí mi promesa... te extrañé en cada momento, en cada maldito segundo ―respondió dejando caer las primeras gotas. Esa máscara de indiferencia por fin había caído―. Deseaba tanto escribirte pero me lo habían prohibido...

― ¿Prohibido? ―preguntó intrigado.

― La Zarina se enteró de nuestra relación... no lo tomó muy bien. Así que ahora soy incapaz de escribir o recibir cartas a no ser que sean oficiales. Ya sabes, si desafías a la Zarina, un castigo tendrás.

El consultor no respondió. Estaba analizando las palabras de su amante, le parecían ridículas las represalias impuestas por su ex-colega, Childe no era una mascota que podía castigar sin más... Sin embargo, Zhongli desconocía lo tanto que se equivocaba.

El castaño tomó la mano del contrario y comenzó a realizar círculos con sus dedos. Eso parecía relajarlo un poco, la postura tensa con la que se habían encontrado era mucho más relajada.

― También tengo prohibido reunirme con cualquiera fuera del Fatui, por eso no pude verte en condiciones más... "normales"...

Una vez más el castaño optó por no responder, quería que su pareja hablara a su ritmo, algo horrible había sucedido y saber los detalles no debería ser una tarea forzada.

Moonless Sea | Zhongli X Tartaglia/ChildeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora