17. Estás conmigo y todo se siente mejor

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Yuuji acariciaba el cabello oscuro de Toji, quien dormía con la cabeza apoyada en su regazo. Ya había amanecido cuando el hombre se dispuso a dormir tras pasar una noche cuidando de su sueño, por lo que Yuuji también quería cuidar bien de él.

Se sentía calmado en cuanto a la muerte de su abuelo. Tener a Toji había sido un gran apoyo para él. Si bien sabía que el mayor no solía ser muy expresivo y en su rostro siempre prevalecía una mirada cansada o fría, sus acciones lo decían todo....

Saber que el  hombre sentía lo mismo por él, le alegraba muchísimo. Además se estaban acercando cada vez más, manteniendo largas charlas. Hablaban de sus días, el trabajo, el estudio, cosas que les gustaban, experiencias y más.

Al principio Toji se alejaba y no solía entablar conversaciones con él, manteniendo la distancia. El hombre prefería perderse entre sus pantalones y robarle uno que otro suspiro. Una risa bajita salió de sus labios al recordar sus primeros encuentros y como Toji no podía mantener las manos alejadas de su trasero, bueno tampoco es como si no lo hiciera en la actualidad.

Mordió su labio y observó la ancha espalda de Toji. Con una mano acaricio cada músculo que se marcaba, atesorando cada porción de piel que estaba a su vista y deteniendo su mirada en algunas cicatrices que se encontraban presentes. 

Detuvo sus caricias al escuchar al hombre gruñir y aferrarse a su cintura, sacándole un pequeño jadeo.

Observó su vieja habitación y fue imposible que la nostalgia no se hiciera presente.

Su mirada se detuvo en las fotografías de cuando era niño. Días de veranos cálidos y cargados de diversión, cuando las cosas eran fáciles y las preocupaciones no estaban tan presentes. Se sorprendió al ver el pequeño peluche de un tigre rosa con rayas negras, que permanecía sentado en el mueble donde solía estar su ropa. 

Un recuerdo de su primer amor.

Si bien sentía que todo estaba ya en el pasado, los sentimiento de miedo e inseguridad a veces solían perseguirlo. Tenía miedo de salir lastimado nuevamente, ser utilizado y ser abandonado...

Suspiro y una sonrisa triste se formó en su rostro. Decidió dejar de lado todos esos pensamientos, para seguir acariciando el suave y desordenado cabello de su amante.

Sus ojos fueron cerrándose lentamente, sin detener las caricias hacia Toji. Hasta que finalmente terminó dormido acurrucado junto al hombre, relajándose con la calidez que le brindaba el cuerpo más grande.

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Se despertó al escuchar ruidos que provenían del baño que estaba en el primer piso. Se frotó los ojos y se sentó en la cama. Vio la hora en el pequeño reloj que se encontraba en su escritorio sorprendiéndose, pues ya eran más de las 2 de la tarde.

¿Tanto habían dormido?, se preguntó al levantarse de la cama y colocarse unos pantalones cortos para dirigirse al baño a hacer sus necesidades y tomar una ducha. Pero unas grandes manos lo detuvieron sujetando su cintura, sintiendo el gran pecho del hombre presionado contra su espalda.

Soltó un gemido bajito y presionó su espalda contra el pecho del hombre. Disfruto de las suaves caricias en su cintura y los besos cálidos que eran depositados en su cuello. Podía sentir el aliento mentolado de Toji.

Se giró para encarar al hombre y se sonrojo al verlo totalmente desnudo.

Se mordió el labio al observar las gotas de agua que caían por su cabello, sin embargo el nerviosismo se hizo presente cuando Toji lo miraba fijamente.

— ¿Te gusta lo que ves cariño?.

El sonrojo de su rostro se extendió hasta la punta de sus orejas, avergonzado agarro algo de ropa y se dirigió al baño. Mientras salía de su habitación podía escuchar la risa del hombre.

I Know What You Want | TojiItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora