Sexy Baby

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Sus ojos se fijaron en aquella chica, de ojos felinos y sonrisa juguetona, le estaba pidiendo más necesitaba más, esas mallas negras que cubrían sus formadas piernas la estaban atrayendo, llegando hasta el hueco más profundo del infierno, y estaba bien porque aunque le dolía aceptar que Son la estaba llevando más allá de lo que le gustaría llegar, se siente bien saber que se trata de alguien que no le hará daño.

Por primera vez no será a la que destruyen aunque tampoco tienen intenciones de ser la que destruye, ahora solo le importa estar cerca porque se supone que su relación es netamente sexual, no hay romanticismo en nada que tenga que ver con ambas.

Ni sus expresiones, ni sus ojos brillantes al verse por la mañana, ni siquiera lo que le dice su corazón al tenerla a escasos metros de su cuerpo, cómo reacciona, hierve como una olla con agua puesta al fuego por tanto tiempo que probablemente se reviente.

No lo podía negar, Chaeyoung era su tipo ideal y la chica más sexy que se había cruzado, desde el primer momento esa aura de chica mala con buen corazón la cautivó, la llevó directo a un mundo en el que sabía que no pertenecía pero le daba igual si salía algo mal porque la tenía a ella, tenía a esa pequeña coreana capaz de hacerla sonreír con una mirada.

— ¿Tengo algo en las piernas? —. Conocía sus puntos débiles, que la calentaba con solo mirar, la manera en la que las personas se excitan es distinta en cada quien, algunos con el tacto, otros con la vista u olfato, la audición era muy importante para Mina tanto como mirarla con esa pequeña mini falda que apenas cubría su trasero respingado, se mordió la lengua dentro de la boca para no demostrar nada.

Siempre pensó que diversas cosas eran su debilidad, ese punto de ebullición en su interior pero lo que no sabía es que no lo había encontrado como ella tanto creía, si no que Chaeyoung era la persona que lograba despertar todo lo que a ella le parecía hermoso, hasta podría decir que el cariño que nunca ha sentido por nadie, se lo ganaba la menor.

— No me tienes a mi así que nada —. Jugueteó entrando al juego con fuerza, sin mirar atrás siendo la campeona que presume ser con todo el mundo.— Estás muy guapa, ¿Tienes clases? —. Negó la contraria sonriendo antes de morderse el labio.

Eso le pareció sumamente divertido, demasiado sexy para una pequeña bebé, aún cuando le había demostrado que podía tomar las riendas del asunto seguía creyendo que era ella la que dominaba en todo cuando es la que está babeando por alguien que se vistió de esa manera para provocarla, le encanta hacerlo y no se limita en nada, es capaz de salir de la habitación completamente desnuda para crear los pensamientos más impuros en la mente de una chica "indefensa".

— No me toca hoy —. Se inclinó mostrando sus senos sin pudor alguno,— Quería pasarla contigo así que se supone que estoy enferma —. Myoui rió entre dientes, típico de una chica como Chaeyoung, tan servicial aunque también interesada porque lo hacía para disfrutar.

Se apoyó de sus propias manos inclinándose hacía adelante para quedar cara a cara con la contraria,— ¿Segura que quieres pasarla así conmigo? —. Asintió eufórica, sus labios chocaron de lleno siendo un juego de lenguas que activo hasta lo más profundo de Son quien se apoyó de los hombros ajenos para mantener su cuerpo fijo en donde se encontraba, ya que sentía que podía desfallecer en cualquier momento si no se apoyaba de algo.

Las manos de Myoui viajaron por esos muslos descubiertos, enredando sus dedos entre las medias de malla, sonrió entre el beso antes de morder el labio inferior y mantenerlo entre sus dientes, antes de rasgarlas, abrió un poco los ojos notando como los de Chaeyoung se abrían como platos, le pareció escuchar un gemido lo que activo todo su mecanismo.

La agarró en peso para luego sentarla en su regazo, ahora tenía más acceso a los muslos y sabía lo mucho que le gustaba que los tocará, abrió un poco los labios para introducir la lengua, en algunos segundos se separaron para tomar aire ambas agitadas con las frentes pegadas,— ¿Esto estabas buscando? —. La risa nasal de Son la hizo sonreír mientras abría los ojos, era un espectáculo tenerla tan cerca se veía tan hermosa y angelical de una manera tan perfecta e indescriptible, no había nada que logrará explicar o definir lo que significaba tenerla así, de esa forma tan intimida.

— Esto estoy buscando —. Le agarró la mano, levantándose solo un poco y sumergiendola hasta su entrepierna, gimió despacio cerca del oído derecho de Mina quien se retorció, estaba muy mojada tanto que de solo sentir lo resbalosa que estaba se imaginaba lo que sucedería al sentirla saltar.

Tragó grueso antes de morderse el labio inferior,— Ven cariño, salta —. Con cuidado metió lentamente los dedos, podía sentir como la apretaba y se retorcía arriba suyo, las paredes vaginales se abrían y cada cierto tiempo se contraían, una succión deliciosa a sus dedos.

Se mantuvo en la misma posición por bastante tiempo, con el rostro pegada a su cuello, inhalado y exhalando con pesadez como si le costará hacerlo, lo más seguro es que si ya que era demasiado sensible.

— Que bien te sientes —. Ronroneo, Mina la tomó de la cintura con la mano libre y la ayudó a moverse, fue un pequeño movimiento que la encendió.

Unió sus labios sin pensarlo tratando de animarla, quería verla saltar con entusiasmos, sentirle apretarse y escuchar esos gemidos fuertes que la volvían loca.

De la nada dio el primer salto, sus fluidos bajaron hasta los muslos de la contraria quién los sintió y recibió como si fuera lo mejor del mundo, jadeando por la sensación de su vagina gritando por ser liberada.

Entre más saltaba mejor se movía y más gemía, sus paredes se comprimian cada tanto con fuerza y determinación, previa estar demasiado concentrada porque no hablaba lo único que hacía era gemir y repartir su nombre innumerables veces, eran tan fuerte sus alaridos que Mina no lograba escuchar el sonido obsceno de sus pieles chocando en cada segundo que pasaba.

Frunció las cejas esperando que se viniera en sus muslos, verlos completamente llenos de ese jugo exquisito y luego obligarla a limpiar el desastre he hizo, la ayudó a saltar mal con la mano en el glúteo izquierdo de ésta, la cual rodó los ojos hacia atrás al igual que la cabeza echandola hacía atrás, gritando hasta que su garganta le pidiera un tiempo fuera.

Sabía que no debería estar disfrutando tanto porque en cualquiera momento se iría y la dejaría sola, con sus dedos impregnados con la esencia de su Amor, sobre todo su corazón que de seguro se rompería por no verla todos los días, aunque no lo aceptaba dependía emocionalmente de la coreana.

De una manera u otra cayó en ese abismo llamado amor del cual todo el mundo habla pero del que nadie sale ileso.— Mina vamos bebé muévete —. Eso hizo, movió la mano hacia arriba, con el dedo pulgar daba leves golpecitos al clítoris hinchado de Son quien estaba roja, sus mejillas parecían estar cubiertas de rubor.

Su cuerpo no podía más le estaba pidiendo a gritos terminar pero necesitaba un poco más, sentir con más intensidad a Mina, saber que era solo suya y de nadie más, esas ganas que seguían en su corazón pero que no expresaba por miedo a que se dieran cuenta o más bien se diera cuenta de que necesitaba desesperadamente su amor.

— Oh, así Mina vamos sigue —. Un par de saltos más y sus músculos se contrajeron dando paso a un fuerte orgasmo cargado de emociones, ambas se miraron a los ojos al terminar, parecía una película romántica, ambas chicas bajo la puesta de sol, la sala casi a oscuras solo alumbrandose con la fogata, un cuento de hadas,— Muchas gracias —. Eso le pareció lindo, era la primera vez que alguien le agradecía por tener sexo.

don't spend the night ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora