In The Dark

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Por fin había llegado a la casa luego de un día bastante estresante, la profesora que les explicaría cómo abrir un maldito cuerpo no se encontraba ahí y tuvo que ir a buscarla, pero no se encontraba en ninguna parte hasta que abrió la puerta del que presuntamente era su salón y la encontró entre las piernas de uno de sus compañeros más repulsivos de todos.

Lo peor de todo es que ella fue la que se ganó el insulto y algunas burlas de sus compañeros de clase, si ya tenía suficiente con que se le hiciera tarde para llegar a la cena que tenía con su nueva compañera con la que debía convivir y tener una dormida radiante todo el día, como esta la tenía, debía pasarla bien y sentirse bien como para sonreír.

Gimió cansada antes de meter la llave en la cerradura y abrir la puerta, una hora tarde y se veía que no había absolutamente nadie en la casa todo estaba en silencio, uno que daba un poco de miedo pero tranquilo.

Lentamente dejó el bolso en el sillón siempre hacia en su antiguo departamento y cerró la puerta, no le gustaba hacer mucho ruido porque creía que no le gustaba a su nueva compañera.

Myoui Mina, la chica que la recibió con los brazos abiertos y una enorme sonrisa, que parecía ser la mejor persona que existía en el mundo, además de la más hermosa que había visto, logró ganarse su corazón super rápido pero en cuanto a amistad.

No es que se enamoró de ésta solo con verla, eso solo pasaba en las películas domingueras.

Entre cerró los ojos y miró en dirección a la habitación de ésta, parecía que había alguien ahí era la única luz encendida y se escuchaban ruidos que ella no podía descifrar de tan lejos, quiso acercarse pero recordó que tenía prohibido hacerlo.

La rubia le dijo que si pensaba en entrar a esa habitación tendría que irse automáticamente de la casa si es que no quería sufrir las consecuencias, eso no le quitaba la curiosidad pero si lograba moverle algo en el pecho, un miedo que se estaba volviendo incómodo de sentir.

Mordió su labio inferior y se acercó sigilosamente hasta que logró posar la mano en la perilla, justo cuando estaba a punto de abrir alguien tocó su hombro y grito, tan fuerte que la persona que lo hizo tuvo que taparse los oídos y decirle que se callará porque de seguro los vecinos se quedarían por su alboroto.

— Pero que susto me acabas de dar —, La rubia frunció el ceño y sonrió un poco, se veía enojada pero aquella sonrisa grande lograba desviar la atención de su mirada fría.— Es que me confundí de puerta —. Lo primero que se le ocurría era excusarse frente a alguien que la había visto estar a punto de cometer la primera y última infracción en esa casa.

Era lo único que Mina le había pedido, no entrar a su habitación hasta le permitió que llevara chicos a lo que ella rió y corrigió, porque no le gustaba el sexo opuesto y nunca se sintió atraída hacia ellos.

— Tú puerta está ahí —. Señaló la última puerta del pasillo, tragó saliva y sonrió quería pasar desapercibida y que todo estuviera bien, como si fuera una pequeña confusión de la que deberían reírse por horas y luego hablar de ello como dos personas mayores de dieciocho años.— Chaeyoung-ah yo te dije que no entraras a mi habitación de noche —. Bajó la mirada apenada, de seguro la sacaría de su casa y ella no tendría a donde ir, era una completa idiota.

Ambas se quedaron mirando por unos interminables segundos que parecían décadas hasta que Mina se fue hacia la cocina, tal vez para reflexionar por lo que acababa de suceder pero no quería estar solaz todo estaba oscuro y no entendía el por que así que salió corriendo y entró a su habitación.

Esta si estaba iluminada y pudo tranquilizarse al estar en una zona en la que ella podía decir que era suya, pero aún ahí no podía olvidar lo que sucedió, Mina estaba enojada y no le gustaba que lo esté porque le da un poco de miedo.

don't spend the night ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora