No todo sobre aquellos animalitos giraba mi mundo, si las responsabilidades en la casa ya me agotaban un montón, también tenia las del colegio, así que normalmente aprovechaba las horas libres para dormir, de vez en cuando me ponia a leer libros en el fondo de mi patio, debajo de un árbol que no daba frutos, aquello me intrigaba un poco, porque decían: es un árbol de ciruela pero que no da frutos, y ¿La del vecino?, si, la del vecino si tenia que dar frutos, que novedad, el árbol estaba detrás de la muralla que separaba ambas casas, un poco en el centro de su patio, nunca tuvimos problemas para trepar la muralla y pasar a la casa del vecino, nunca les molesto, ya que siempre andaban ocupados en otras cosas, normalmente soliamos pasar para traer la pelota que soliamos utilizar mi hermano y yo, para jugar por las tardes, entonces era algo normal pasar en la casa del vecino, obviamente mi madre no lo sabia, hasta que lo descubrio y por el hecho de que no era lo correcto nos prohibió hacerlo de nuevo.
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