NOVENA CALLE

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No, no me despido.
No digo adiós,
a dios le sigo.

Si, gozo en su palacio,
ya no hay cansancio,
se marchó despacio;
se fue a otro espacio.

Las penas al olvido,
ceguera a lo perdido,
al dolor he vencido.

Ahora solo hay paz y brillo
y yo en paz, tranquilo brillo.
Ahora habito en amoroso castillo
disfrutando el cantar de mi pajarito amarillo.

No, no me despido,
a dios me he unido,
en su gloria me ha recibido.

No lloren porque he partido,
aunque no escuchen más mi latido
que pongan iris al cielo es lo que pido.

No, no me despido,
encuentren a dios y les hablaré al oído,
porque en su corazón late el mío.

No, no me despido,
tengan fe y...

Encontrarán la estrella en que me he convertido.

Nueve calles de lutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora