12 de noviembre del 2007
Pov. Nahoya Kawata
En ese entonces ella vivía con su madre y hermana Souya, en una casa no muy grande y con los espacios adecuados para habitarla, gozaba de dos habitaciones, un cuarto aparte para guardar cosas, una cocina y una pequeña sala. Ella y su hermana gemela compartían habitación, a su disposición tenían un cuarto de baño con ducha, unas camas sencillas, un tocador y un armario con compartimiento dividido para dos.
Era una mañana fría y seca del mes de noviembre en Japón, el sonido de la regadera del baño dejando caer gotas de agua y la alarma del reloj despertador sonar no ayuda a poder conciliar el sueño, para la joven de cabello esponjoso tono melocotón le resultaba irritante y tedioso las mañanas de lunes. Nahoya sostuvo los extremos de la almohada debajo su cabeza y presiono contra sus oídos esperando que el ruido cesara, pero le resultó inútil.
—Malditos sean los días lunes —Daba vueltas de un lado a otro desordenando las sábanas que cubrían su cuerpo.
—Buenos días, Nahoya. Si ya estás despierta deberías pararte, arreglarte y tomar una ducha —Apagó el reloj despertador.
Nahoya aún somnolienta se reincorporó sobre la cama, entre bostezos iba tallando sus párpados y quitándose de paso lagañas de los ojos. Al abrir por completo sus ojos pudo divisar a la que interrumpió su relajante sueño, era su hermana gemela, Souya Kawata.
Las gemelas tenían una estructura corporal delgada y poseían una figura bastante desarrollada para su edad, sus piernas eran finas. La tonalidad de piel de ambas chicas era clara y ligeramente bronceada. Una de ellas tenía el cabello de color melocotón y ojos del mismo color, la otra de un agradable y encantador tono turquesa, eran esponjoso y resultaban ser muy suaves. Su sonrisa era adornada por unos labios finos y de tono coral.
Sus expresiones faciales eran muy opuestas, Nahoya siempre tenía una sonrisa reluciendo en su rostro, pero a causa de ello les resultaba difícil entender sus estados de ánimo, podía estar enfadada aun viéndose sonriente. Souya mantiene una expresión agresiva, con las venas de su cara sobresaliendo, asemejando una chica ruda, pero la verdad es que resultaba ser una joven amable y pacifista.
—Cállate, quien me despertó de mi sueño fuiste tú —Dijo enojada.
—No fue mi culpa que doña gruñona despierte siempre de malas. Pero ya en serio levántate —Se da un vistazo en el espejo del tocador como toque final—. ¿Qué opinas hermana?
—Si sigues mirándote en el espejo como una tonta vas a llegar tarde a la Universidad. Además, eres muy mala para elegir un conjunto de ropa —Se puso sus pantuflas del pie y su bata de algodón para combatir el frio.
—¡Tienes razón, ya se me hace demasiado tarde! Podría despertarme más temprano, pero con tus ronquidos es imposible poder descansar en paz.
—¡Sou! Te falta tu maletín, por eso digo que eres muy despistada —Le alcanzo a pasar su maletín de cuero negro.
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• Fᴜᴄᴋ Oғғ • [Eᴅɪᴛᴀɴᴅᴏ]
RomanceUna peculiar frase marcó un camino de encuentros entre Nahoya y el hombre que la llenaría de bellos y apasionados sentimientos que desconocía hasta ese entonces. Esa noche fría de noviembre fue suficiente para entrelazar sus destinos. Ese choque de...