"¡Solo di que sí Kyojuro!" || AkaRen/RenKaza (CANCELADA)

🌺[08]🌺

Nuevamente Akaza abrió los ojos, tenía la mano de Kyojuro cubriéndole la boca, evitando que pudieran besarse. Miró al rubio a los ojos, ojos que reflejaban tristeza y decepción consigo mismo. El rubio suspiró quitando su mano de la boca del peli rosa, bajando la cabeza, y su contrario lo miró con preocupación.

"Lo siento Akaza.... Creí que estaba listo... Pero yo.... H-Hay... ¡Hay muchas cosas rondando por mi cabeza! Esas cosas... Me dan inseguridad, ¡Y-Y no se si puedo contarte sobre e-"

Akaza colocó su dedo índice en los labios de su amado, y los tapó así como el había hecho anteriormente. Besó el dorso de su mano simulando un beso el los labios, lo que hizo que el mayor se sonrojara un poco. Al separarse, lo vio con una sonrisa cariñosa, y juntó sus frentes, sin separar en ningún momento su mirada de la de su contrario.

"No importa cuales sean esas cosas, yo estaré ahí para ti pase lo que pase. Prometo que no te defraudaré, y siempre, pero siempre, te amaré sin importar los sucesos que la vida tenga preparados para nosotros... Así que por favor, te lo ruego.... Solo dime que si, Kyojuro"

El silencio los invadió, ninguno separaba la mirada del otro, bueno, eso hasta que finalmente Kyojuro bajó la cabeza, ocultando su rostro en el pecho de Akaza y abrazando a este mismo. El menor sonrió y correspondió al abrazo, dejando un beso en su frente. Como dice el dicho, su silencio fue más que mil palabras. Entendía que necesitaba más tiempo para razonar las cosas, sin embargo algo en su interior le advertía que el rubio le estaba ocultando algo. Su impulso le hacía tener ganas de preguntar, pero la razón y el autocontrol fueron más fuertes, y respetaron las razones de Kyojuro sin siquiera saberlas. Una vez la cita terminó, Akaza acompañó a su enamorado a su casa, y una vez lo dejó, se dirigió a la suya. Estaba seguro que para esas horas de la noche su hermano ya estaría durmiendo como un bebé. Mientras tanto, Kyojuro se quedó pensando en las palabras de Akaza tirado en su cama, teniendo conflictos consigo mismo internamente.

" 'Prometo que no te defraudaré'.... ¿En verdad puedo confiar en ti Akaza? Sigo sin saber si tienes esos recuerdos o no... Y aunque probablemente no los tengas, tarde o temprano deben llegar a ti.... ¿Qué harás cuando lleguen a ti Akaza? ¿Me seguirás viendo igual? ¿Tendrás miedo de hablarme? ¿Tendrás mis inseguridades?.... Lo siento.... Son demasiadas preguntas, y siento que hay poco tiempo....."

Largó un pesado suspiro, sentía un enorme estrés que le impedía pensar claramente. Volteó la cabeza hacia su cómoda, viendo ahí la flor que Akaza le había regalado cuando se confesó por primera vez en un vaso con agua. Si, después de tanto tiempo, se aseguró de mantenerla con vida y bien cuidada. En la cómoda habían dos o tres pétalos caídos de la flor, dando señal de que poco a poco se estaba marchitando, pero aún conservaba su belleza natural. Seguía sorprendiéndole el hecho de que esa flor tenía un enorme parecido a su cabello. Al principio su mente creyó que el chico había pintado la flor para que se pareciera a este, sin embargo, no estaba pintada, era de ese color naturalmente. Se preguntaba que tipo de flor era, y más que nada, dónde la consiguió, pues nunca en su vida había visto una flor así ni en los campos, ni en el club de jardinería de la escuela, ni en ninguna otra parte. Tomó la flor con cuidado, acercándola a su rostro para verla mejor. Suspiró y la volvió a dejar en el vaso, acomodándose en su cama y cerrando los ojos, para así caer en el profundo mundo de los sueños.