005|hermoso encuentro.

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Nathaniel.

el frio se colaba por la enorme ropa que me cubría, no era mucho, pero igual se sentía como para decir que estaba cansado del frio. la nieve crujiendo bajo el peso de mis botas, el humo saliendo de mi boca gracias a lo helado que esta el ambiente de este lado de la dimensión, mis ojos divisando la montaña de hielo en donde se encuentra el bello palacio.

a medida que mis pies se acercaban a la montaña tenia que rodearla ya que la entrada estaba del otro lado, me fue inevitable no poner mi vista en el bosque skeghif, la oscuridad lo invadía pero eso no impedía que fuera hermoso, el verde de los arboles se alzaba a mi vista y la oscuridad no me dejaba ver mas allá.

apunto de girarme y entrar a la montaña un extraño ruido me hizo girar nuevamente hacia el bosque y divisar un extraño rojo intenso que desapareció rápidamente, el grito desgarrador llego a mis oídos poniéndome en alerta, no lo pensé dos veces antes de encaminarme hacia el sonido.

y retrocedí dos pasos cuando la velocidad en la que iba casi me hizo caer en el enorme circulo del que salían sonidos extraños de animales, aunque eso no fue lo que me alarmo y me sorprendió a partes iguales. lo hizo la chica que se aferraba a una rama dentro de aquel hoyo, su rostro contrayéndose cuando sintió la rama crujir, con su mano intentaba mantenerla utilizando su circulo verde de magia.

— Yenevit —murmure sorprendido haciendo que sus obsidianas negras cayeran en mi.

no dijo nada, simplemente soltaba maldiciones para tener la fuerza suficiente y sostenerse. mi mente no procesaba y mis pies no reaccionaban.

— ¡¿que esperas para ayudarme?! —su voz me hizo reaccionar y me acosté en las hojas secas extendiendo mis brazos. carajo, no alcanzaba, soltó un chillido al escuchar nuevamente la rama crujir, me incline mas hacia adelante para alcanzarla pero aun así no llegaba. no me gustaba esto pero me toco recurrir a mis poderes, un hilo azul salió expulsado, era mas como una cuerda que ella no dudo en tomar con la mano que tenia utilizando su poder. intento tomarla pero la rama se quebró haciendo que perdiera el alcance, antes de que pudiera caer al horrible poso estire mas mi brazo y finalmente pudo agarrar la cuera. con mucha fuerza que no medí la levante haciendo que la subiera fácilmente y cayera encima de mi— no te hubiera pedido el favor de no ser de suma importancia.

— lo se —afirme, mis ojos viajando a mi mano en su cintura que pose hay por instinto— hermoso encuentro.

— ni que lo digas —su aliento golpeo mi rostro y fue hasta entonces que caí encuentra de la cercanía— creo que mejor me bajo.

— si.

pero no se bajo, permaneció allí al igual que yo, mi mente solo viajando a nuestros cuerpos pegados y mis ojos posándose en sus labios. rápidamente volví mi mirada a sus ojos oscuros para encontrarme con que también miraba mis labios. no podía moverme, y parecía que ella tampoco, no había dejado de darle vuelta a los recuerdos de hace cuatro días donde me había encontrado con ella, y ahora su simple cercanía me atormentaba.

pareció reaccionar y se bajo de mi cuerpo, lo agradecí ya que por mi y nos hubiéramos quedado así un buen rato. sus ojos viajando a el circulo en el suelo en el que estábamos peligrosamente cerca y se alejaba. su dirección parecía ser la misma que mi destino.

sus manos soltaron su mochila que hasta el momento había caído en cuenta que portaba. abrió el bolso y extrajo de el un libro encaminándose a la entrada. su mano izquierda creando una bola verde que iluminaba la oscuridad dentro de la montaña. bajo las escaleras conmigo pisándole los talones, sus ojos vagando por los hermosos cristales de colores. dejo sus pertenencias en una esquina y de su mochila extrajo lo que parecía un saco de dormir grande, acomodo las almohadas y saco una lámpara que prendió con una llama de fuego de su dedo, se acostó y agarro el libro para comenzar a leer.

mi curiosidad aumento cuando fruncía el ceño a medida que sus ojos intercalaban entre las letras. camine hasta estar a su lado, me acosté e incline mi cabeza para tener mejor acceso a lo que veía.

— ¿no te enseñaron a respetar lo que es de otros? —pregunto sin dejar de mirar el libro.

— no. —la ignore y empecé a leer lo que el libro recitaba.

1889.

Mariana Morgan.

recurrí a este libro en cuanto empezaron a suceder las cosas mas extrañas. una nueva criatura apareció, casi muero del susto y se me olvido como utilizar mis poderes.

por tanto que intentaba acordarme de algo nada podía hacer, la criatura voladora nos puso a todos en alerta. el pueblo esta en crisis ya que nadie puede recurrir a su sobrenaturalidad. los seres luz se comunicaron con nosotros y luego de incomodidades, planeamos atacar así sea sin nuestra magia.

la imagen de un animal blanco llego a mis ojos en la ultima pagina. no tenia boca pero si un enorme hueco con dientes en su pecho, cosa que me dio asco. su nariz estaba extraña y había partes en la criatura sin forma, los ojos rojos llamativos eran capaces de atemorizar a cualquiera, incluso a mi.

una de sus patas estaba a la mitad. simplemente era lago que me desconcertó.

Yenevit me mostro la pagina anterior y quede todavía mas confundido. pero lo que no paso por alto, fue que una de esas dos criaturas fue la que vi en mitad del bosque cuando escuche aquel sonido extraño y el destello rojo desapareció.

solo tocaba averiguar que estaba pasando.



paraíso [exquisita debilidad #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora