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── desde que estabas a su lado, incluso el atardecer había cambiado.
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀LOS ATARDECERES HABÍAN CAMBIADO desde que tú estabas a su lado, desde que Alatus ya no estaba solo durante el ocaso. Los colores tristes de la noche ya no lo eran tanto desde que lo acompañabas en sus noches en vela, relatándole todo el firmamento sobre sus cabezas, que aunque lo conociera, no se cansaba de escuchar de tus labios la historia de cada estrella.
⠀Los paisajes eran los mismos, la cordillera seguía igual después de los años y Xiao los percibía distintos cuando arrastrabas tu compañía hacia él, que siempre trataba de estar solo, pero se lo impedías. Alatus se alejaba y siempre regresabas, demostrándole que las noches podían no ser tan oscuras y que los días siempre podían ser más brillantes, incluso que el sabor del té podía cambiar con una buena compañía; en cambio, Xiao estaba feliz, estaba alegre de tenerte a su lado y eso era lo que le hacía estar asustado, alarmado y con la lanza en mano.
⠀Xiao estaba asustado de tenerte a su lado. La incertidumbre de no saber qué pasará, el miedo de que su karma se cobrase contigo.Alatus estaba enamorado y eso era lo que te hacía estar en peligro, lo que alimentaba su conflicto. Era egoísta por no alejarte cuando debía, gozando aquella calma que le otorgabas y maldiciendo la soledad cuando te marchabas, pues adoraba sentir tu calor a su lado, tu presencia en las noches durmiendo a su lado, entre sus brazos, agarrando sus manos, pecadoras.
⠀Tenía miedo de no saber qué iba a suceder, pero también tenía miedo de que lo vieses como él se ve. Nunca fue su verdadera intención, mas debía de cargar con ello, debía de cargar con aquella batalla que finalmente desataba consigo mismo. Pero allí, bajo el manto estrellado y delicado, Xiao veía la esperanza, veía un cambio. Te veía a su lado, descansando contra su cuerpo y él te abrazaba, sus manos rozaban tu espalda con miedo, temblorosas, vacilantes, como si el roce fuese a dañarte.
⠀Xiao estaba dispuesto a esperar y luchar esta el final, porque Xiao estaba dispuesto a estar contigo. Aunque eso supusiese esperar doscientos años más.
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