Kageyama Tobio
─Dime, Kageyama, ¿cómo te sientes cuando estás con él?
─Flotar, él me hace flotar.
─¿Es lo único que sientes?
─No, también siento náuseas y un calor en mi cara.
Mi psicóloga comenzó a reírse, no entendía por qué.
─Kageyama, esas ¨nauseas¨ también son conocidas por ¨mariposas¨.
─¿Quiere decir que yo siento ¨mariposas¨ por Hinata?
Ella hizo un sonido de afirmación.
Mi corazón comenzó a latir de emoción, mi cara estaba roja, la sentía caliente, ahora que sé que es lo que siento por Hinata y que alguien más lo sepa era vergonzoso.
─Y dime, ¿qué harás sabiendo esto?
─No se lo diré.
─¿Por qué?
─Que tal que piense que soy raro por el siemple hecho de que me gusta un chico, que tal si me deja de hablar, que tal si nos distanciamos, que tal si..
─Kageyama, hablame de Hinata─ interrumpió.
No dije un no como respuesta, me gustaba hablar de Hinata igual que como con el volley, puesto que ambos me gustaban mucho. Mi ánimo cambió al contarle a ella sobre Hinata, fue muy rápido, de estar preocupado pase a estar contento, me gustaba que pasaran estos cambios de ánimos cuando me siento mal.
Los 50 minutos de consultorio fueron muy rápidos, el tiempo era como un tren veloz cuando haces algo que te gusta.
Salí feliz del consultorio, listo para ir al club a entrenar.
Cuando llegué todo era color rosa hasta que, recordé que Hinata estaba ahí, me sentía presionado ahora que sabía lo que sentía por él. Mi rostro se sentía caliente, mis manos sudorosas no podían abrir la puerta, me llené de valor y cuando estaba a punto de abrir, hinata llego detrás de mí gritando mi nombre.
─¡Hey, Kageyama! Te busqué pero no te encontré, ¿por qué siempre desapareces así de la nada?
Me puse nervioso, no sabia que hacer o qué contestarle, mi cara comenzó a sentirse muy caliente.
─Qué te importa.
─¿Acaso no puedo saber?
se echó a reír, me miró y mostró una gran sonrisa.
Daichi nos invitó a pasar. Ya dentro, comenzamos a calentar un poco, después comenzamos a practicar, no me podía concentrar en lo que hacía hasta que, me comencé a marear.
No podía mi cuerpo, estaba muy cansado, no sabia por que me sentia asi cuando recordé que llevaba dos días sin tomar el medicamento que me receto mi psiquiatra.
El cansancio me estaba matando así que decidí sentarme, Sugawara se acercó.
─Kageyama ¿todo bien?
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Después del atardecer
FanfictionCon mis grandes manos, comencé a tocarlo. Su cuerpo y el mío comenzaron a fusionarse, era la sensación más excitante que había tenido y, aunque mis caderas sangraban, no me importaba, lo disfrutaba.