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21. Insomnio

—De acuerdo, no puedo dormir— dijo Pond al dar una vuelta más sobre la cama.

Por alguna extraña razón no podía dormir, además, las sábanas se sentían muy frías.

Y no es como que a Pond le guste el frío.

A menos que sea el frío del cuerpo de Phuwin.

Pero ese es otro tema.

—Mmmmm— emitió con pose pensativa —Phuwin.

Exacto, iba a llamar a la causa de su insomnio.

—Siri, llama a Phuwin.

Pero como era perezoso y detestaba la luz del celular en medio de la obscuridad, prefirió dejarle el trabajo a su asistente.

"Llamando a Honey the Phu."

Naravit quiso avergonzarse por el mote con el que había agendado a Phuwin, pero la verdad era que le gustaba mucho como para avergonzarse de ello.

Después de tres toques, una voz somnolienta atendió.

—Buenos días razón de mi insomnio— saludo Pond —No puedo dormir porque no dejas en paz mi mente.

Dijo eso sin pena alguna, de todas formas, Phuwin comprendería muy poco, tenía el sueño pesado y probablemente estaba luchando entre la vida y el cansancio.

—Esta bien...— dijo despacio el menor —Quedemonos así hasta que caigamos dormidos.

Pond sonrió entre la obscuridad de su habitación.

—De acuerdo.

—La próxima vez, antes de llamar, piensa en que las puertas de mi casa están abiertas, ven a dormir conmigo.

Naravit de verdad amaba la voz adormilada del menor, era tan relajante y bonita.

—Lo espero con ansias, te quiero.

—También lo hago.