✧꙳𝙼𝚒𝚗𝚜𝚞𝚗𝚐'𝚜 𝙿𝚊𝚛𝚊𝚍𝚒𝚜𝚎꙳✧ 「𝙼𝙸𝙽𝚂𝚄𝙽𝙶」

𝙼𝚢 𝚕𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝚘𝚖𝚎𝚐𝚊

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Jisung limpió las lágrimas de sus mejillas mientras sobaba su abdomen ya mucho más abultado por el embarazo, susurrando para sí mismo que superaría su reciente ruptura con un alfa idiota del que se enamoró y que lo dejó embarazado. Le echó un vistazo a su habitación, sintiendo su labio temblar por lo vacío que ahora se notaba sin las cosas de su ex pareja quien lo abandonó después de tres años de relación sin importarle que estuviera cargando con su hijo. Suspiró rendido, ese alfa no volvería por él; limpió las últimas lágrimas y se levantó de su cama, no podía pasar triste y llorando todos los días, no valía la pena después de todo, además de que eso no era sano para su bebé. Cuidarse a sí mismo durante su embarazo sería la distracción perfecta para superarlo.

Con el pasar de los meses, su embarazo fue mucho más notorio, y Jisung no podía estar más feliz porque su pequeño cachorro pronto estaría por fin en sus brazos, le daría todo el amor del mundo y lo criaría él solo, no le importaba tener a un alfa egocéntrico y tampoco lo necesitaba a su lado para que le ayudara, con él era más que suficiente, era su bebé, solo suyo.

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El omega recostó a su cachorro de apenas un año en su cochecito color azul oscuro, acomodó algunos biberones, pañales y juguetes dentro del mismo para poder caminar con más comodidad. Ese fin de semana tenía planeado visitar a su madre luego de unas cuantas semanas sin verla, y aprovechando el buen clima, decidió irse caminando, así hacía un poco de ejercicio que tampoco le vendría mal.

Un rato más tarde, ya se encontraba frente a la casa, acomodó el cabello de su bebé en lo que esperaba a ser atendido, y en cuestión de segundos, escuchó la puerta abrirse.

Su sonrisa se tornó en una mueca confundida cuando un fuerte olor a madera y café llenaron sus fosas nasales, poniendo a su omega un poco inquieto. Levantó la mirada rápidamente y se encontró con un chico que jamás había visto, ¿qué hacía en casa de su madre de todas formas?

—Tú debes ser el hijo de la señora Han, ¿Jisung, cierto?

—¿Y tú eres...?

—Lee Minho—le sonrió amable, viendo ocasionalmente hacia el cachorro que no dejaba de mirarlo con grandes ojos—Vivo aquí, la señora Han me alquila una de las habitaciones, ella dijo que vendrías así que traté de que todo se viera en orden.

—Solo espero que no te haya dado mi habitación.

Minho rió ante la expresión confusa en su rostro y se hizo a un lado, dejándolo pasar a la casa.

—No me dio la tuya, dijo que estarías molesto si lo hacía—explicó mientras caminaban hacia el patio—La señora Han está tomando una ducha, así que bajará en otro momento.

Jisung asintió, guardando silencio durante un momento en lo que Minho se retiraba hacia la sala hasta que el llanto de su cachorro llamó su atención. Lo cargó entre sus brazos, se sentó en una banca del patio y le habló con suavidad con la esperanza de que eso lo calmara, pero parecía no estar funcionando.

—Vamos, Sunoo, ¿tienes hambre?—le preguntó, como si el niño fuera a responder—Estabas muy tranquilo...

El cachorro siguió llorando, negándose a ser alimentado. Jisung suspiró, liberando feromonas maternas que pudieras calmarlo, intentando distraerlo con algunos juguetes, pero tampoco cedía ante eso.

Normalmente, Sunoo era un cachorro tranquilo, pero cuando empezaba a llorar, a veces era muy difícil callarlo, lográndolo solo hasta que se quedara dormido.