un domingo normal

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Domingo es sin duda el día perfecto para relajarse, despertar bien tarde, comer lo que se le dé la gana, etc. Todos dormían tranquilamente, algunos ya estaban despiertos, pero no querían salir de la cama. Sí, así de flojo uno puede ser cuando no tiene absolutamente nada qué hacer.

Para cuando finalmente todos decidieron salir de sus camas para darse un baño, y finalmente desayunar, la verdad no había nada de comida servida aún.

- Niños, su padre y yo no tenemos nada en mente para desayunar, por lo cual vamos a dejar que ustedes elijan -Dijo Rita, animando a todos sus hijos en posibles opciones para desayuno.

- Huevos duros -dijo Lori-

- Piña -dijo Leni, cosa que todos suspiraron por su enorme inocencia-

- Yo huevos, pero para hacer malabares porque necesitamos un desayuno "balanceado" ¿entienden? Ha ha

Sí de algo estaban seguros todos en la familia, es que los chistes de Luan son una tortura diaria. Y con ello, todos y cada uno dieron sus ideas para un gran desayuno. Desde pan tostado, Waffles, Cereal con chips de chocolate. Tanto fue que era imposible tomar una decisión, por lo cual decidieron tomar algunas de las mejores opciones, y crear todo un gran desayuno familiar

Al final se tomó la decisión de preparar una gran pirámide de Waffles bañados en chocolate, acompañados con mucho pan tostado, jugo de naranja, huevos con tocino, y como era de esperarse, una barra de chocolate para cada uno.

- Cielos, literalmente esto es perfecto para romper dieta -decía Lori, quien comía tanto como podía, y dando de excusa el "ser la mayor"-

- A esto llamo un "todo lo que puedas comer" ha ha ha-reía Luan, aunque de tanto reír casi vomita-

- Suspiro, es demasiado dulce, pero aun así no puedo parar de comer –dijo Lucy, la joven gótica de la familia, quien comía tranquilamente debajo de la mesa, no por querer su espacio, sino porque le gustaba sentirse sola-

Luego de tan maravilloso desayuno, cada quien decidió descansar a su modo, sea recostado en el sofá, el suelo, o hasta haciendo una torre de hermanas.

- Gracias Lincoln por ayudarnos a tu padre y a mí en la cocina –dijo Rita, agradecida de que su pequeño niño de 13 años sea todo un caballero, y seguramente será todo un gran chef en el futuro-

- Tu madre tiene razón, Lincoln. Sin lugar a dudas podrías llegar a ser una gran persona que logre cambiar el mundo –decía el padre de la familia, despeinando a su hijo, en un gesto de felicitaciones-

- Oh basta, me sonrojan –dijo Lincoln, algo avergonzado de lo agradecidos que eran sus padres- Todo sea por ayudar en la familia. Sé que pronto todos tendremos que irnos de casa, sea por ir a la universidad, tener un trabajo, etc. Pero pase lo que pase, jamás olvidaré el lugar al que pertenezco, y las bellas personas que me criaron

Lincoln abrazó a sus padres, los cuales estaban a nada de romper en llanto por las palabras de su pequeño.

- (No sé qué hicimos para merecer un niño tan maravilloso en nuestras vidas. Lincoln, te amo con todo mi corazón, y nunca dejaré de verte como el tierno niño que llegó a nuestras vidas aquel hermoso día nevado hace 13 años)

Luego de aquel pensamiento hecho por Rita, y que el abrazo familiar durara casi un minuto, decidieron tomar un descanso viendo la televisión antes de pensar en algo qué hacer en familia. Quizás visitar al abuelo Albert, a quien de cariño le decían Pop pop.

El dulce sueño de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora