♡︎𝑺𝑨𝑬𝑹𝑨𝑵♡︎ «𝒀𝑨𝑵𝑫𝑬𝑹𝑬»

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Aquél masculino fijaba su vista en la enorme ventana viendo los edificios y el paisaje que daba. Se encontraba en la camilla del hospital psiquiátrico, vestido con una bata blanca, y en su mano una aguja conectada al suero. A una lado un electrocardiograma escuchando los sonidos que proporcionaba de su corazón; en su nariz llevaba una cánula nasal.

Era su tercer intento de suicidio.

Analizaba lo ocurrido, cómo fue que llegó a ese lugar, cómo fue que intentó acabar con su vida otra vez, cómo fue que abusó de las sustancias y terminó otra vez en aquel hospital.

Una enfermera de edad media entro sin permiso.

Él ni siquiera se volteo para mirarla.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó la mujer con fastidio.

Sin embargo, fue ignorada completamente, como si no existiera.

—Es la tercera vez que lo haces, eres un dolor de cabeza.

Seguía sin responder, conteniendo su rabia de arrancarle la cabeza.

—¿Me escuchas o estás sordo? La gente como tú siempre quiere llamar la atención —se acercó a él, puso sus dedos en su cara chisquiandolos, haciendo que el chico se molestara.

La empujó y empezó a ahorcarla, estaba tan enojado por como le habló, ¿quién era ella para tratarlo así?
La mujer con desesperación intentaba quitarselo de encima, de su boca salían gimoteos, sus grandes manos la estaban asfixiando casi desmayandola.

—¡Te mataré, maldita!

Unos enfermeros escucharon gritos, entraron rápidamente quitandolo con fuerza, pues, Saeran era demasiado fuerte para uno.
Ambos hombres lo tomaron de los brazos cada uno sujetando ambos, apartandolo, así que la enfermera inyectó un sedante en su brazo dejándolo casi de inmediato inconsciente, y así, ponerlo en su camilla.

La enfermera salió como bala disparada del cuarto asustada con una mano en su pecho, encontrando a la doctora cargando unos expedientes de los pacientes, se veía un poco cansada después de tanto trabajo, se podía notar un poco de ojeras en sus ojos.

—¡MC! Intentó matarme. ¡Está loco!

—¿De qué hablas? ¿Estás bien? —la chica la tomó de los brazos tranquilizandola.

—¡No! Saeran. Ese tipo es un psicópata.

—¿Qué pasó?

—No es la primera vez que hace algo así, nos matará a alguno de nosotros. Ya dije, no lo volveré a atender.

—¿Hiciste algo que lo hizo enfurecer? Sabes que está enfermo... —examinó el cuello rojizo de la mayor.

—No, yo solo estaba hablando tranquilamente y de la nada me ataca —mintió con descaro la enfermera.

La doctora revisó en sus papeles buscando sobre un doctor o un enfermo que se hiciese cargo de Saeran.

—No hay personal para que alguien se pueda ocupar de ese chico. Pero no te preocupes, te cambiaré de paciente, yo me encargaré de él.

. . . . . . . . . . . . .

Saeran despertó en su cuarto, su cuerpo dañado con cortadas, quemaduras de cigarros y hematomas, eran notables en su blanquecina piel. Quiso caminar para estirarse un poco, pero lo detuvo una cadena a sus pies. Lo enfureció, estiraba la cadena con brusquedad como si fuese a arrancarla, hasta que empezó a desesperarse y comenzó a golpearse.

—¡Jodanse! ¡Cuando salga de aquí los mataré a cada uno de ustedes y lo disfrutaré bastante! —gritaba al aire

Se volvió a recostar en la camilla frustrado con los brazos cruzados y recordó su miserable vida.

★Mystic Messenger★••One Shots••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora