𝐈𝐍𝐂𝐔𝐁𝐎 [𝐕𝐡𝐨𝐩𝐞]

🖤하나🖤

Un hermoso chico de cabellera roja se encontraba en su habitación cambiándose para la salida con sus amigos. Se dió un baño, se puso la ropa más cómoda que tenía y por fin salió de aquella casa sin darse cuenta de que estaba siendo observado.

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La vida de Hoseok fue un poco difícil, que se puede decir.. su padre murió y vivió junto a su madre y padrastro por un tiempo hasta que se fue de aquella casa para irse a estudiar a otra Ciudad a tres horas del lugar donde nació, creció y sufrió...
Se inscribió en una Universidad cerca de la casa que su padre le había dado antes de morir y era feliz, su madre no lo iba a visitar, y en parte le gustaba ya que si ella lo visitaba seguramente su "novio" iría junto a ella, y no lo quería ver, sin embargo, la extrañaba mucho y le dolía que ni siquiera lo llamara.
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—  Hoseoki! — oyó la voz de su amigo (Jimin) y se dirigió a aquella mesa sintiendo algunas miradas de las personas en el lugar

—  Vamos siéntate — dijo Jungkook

—  Gracias.. siento llegar tarde ¿Esperaron mucho?

—  No fue así, acabamos de llegar ¿Verdad Jin?

—  Si, es cierto.. pero pidamos de comer, tengo mucha hambre — acarició su estómago

Todos rieron y Jungkook llamó a la mesera para pedir de comer, aquella fue una linda tarde llena de risas y anécdotas. A Hoseok le encantaba pasar tiempo con sus amigos, aunque fueran solo tres los apreciaba mucho porque así no se sentía demasiado tiempo solo.

Al cabo de unas horas, siendo las 5 de la tarde llegó a casa y pudo sentir algo extraño al entrar, pero no le tomó mucha importancia, así que prendió la televisión para poder ver una película que justo estaba pasando por un canal. Estaba muy distraído viendo la entretenida y divertida película entre risas mientras tomaba un vaso de jugo de naranja, hasta que oyó un ruido venir del segundo piso donde se encontraba su habitación, de pronto todo lo divertido había acabado y se sentía nervioso, empezó a respirar más fuerte y apagó la televisión para escuchar algo más. Todo se había quedado en completo silencio, solo se podía oír la respiración del peli-rojo, este se levantó del sofá y caminó despacio hasta llegar abajo se las escaleras, cuando su mirada se posó arriba de las escaleras solo podía ver oscuridad y le daba miedo, oyó algo más, fue un ruido suave pero daba mucho miedo... Cuando su valentía volvió, al menos un poco, decidió subir, pero cuando dió un pasó escuchó el teléfono sonar y dió un saltito por el susto llevándose la mano al pecho, se dirigió rápido hacia el teléfono y contestó...

—  H-hola (?) — dijo él

—  Hoseoki soy yo, Jimin.. ¿Estás bien?

—  S-si.. estoy bien... Solo que ya me iba a dormir

—  Oh!, Bueno.. solo te llamaba para confirmar la salida para mañana

—  Claro.. sí, allí estaré

—  ¡Bien! Nos vemos, duerme bien

—  Gracias Minnie

Su amigo colgó y el peli-rojo dejo el teléfono en su lugar, por unos segundos pensó en la salida del día siguiente, pero luego recordó aquel ruido que escucho hace unos momentos y la temible oscuridad en las escaleras además del gran silencio por toda la casa, dió un fuerte suspiro que podría jurar que la casa hizo eco. Aún con miedo subió las escaleras a pasos lentos y mirando hacia todos lados, llegó por fin al final de las escaleras y frente suyo estaba la puerta de su habitación, la abrió lentamente temiendo de todo... Cuando la abrió por completo solo vio su habitación totalmente oscura, ya que su ventana estaba cerrada y sus cortinas lo cubría, pero lo que le extraño fue el frío que llegó desde sus pies hasta su cabeza, Hoseok solo llevaba una cómoda playera manga corta y unos pantalones un tanto ajustados, ese frío fue tenebroso pero aún así entró dispuesto a dormir, abrió las cortinas de su ventana y se puso su pijama haciendo que por la luz de la luna se pudiera ver la sombra del peli-rojo cambiándose.
Terminó y se acostó a la cama, para la mayoría de chicos.. las 6 de la tarde era muy temprano como para irse a dormir, pero Hoseok tenía miedo, miedo de aquella soledad, el silencio, la sensación de ser observado... Creía que sus mantas eran lo que lo protegían de todo, se cubrió hasta la cabeza y después de unos minutos cayó totalmente dormido.

Aquel ser a lado del armario del peli-rojo "caminó" lentamente sin hacer ruido hasta quedar frente a la cama y se podía sentir el frío por toda la habitación, la mano de aquel extraño tomó la manta y la bajo poco a poco hasta descubrir el bello rostro del peli-rojo, sonrió y acercó su rostro quedando frente al contrario sintiendo la cálida respiración y observando el semblante pacífico que traía, unos segundos después cerró los ojos para dar así comienzo a su juego.

— Levi