IV (Final)

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Entonces todo desapareció, el cuerpo inerte en el suelo tardó un parpadeo en desintegrarse, la sustancia vomitada por Rufina transformó el asqueroso cuarto en un precioso campo desolado en donde sólo estaban ellas tres y Rufina volvía a ser la misma preciosa niña de siempre, esta vez sin vómito en su cuerpo, ni ojos negros.


Ella miró a Aurora y a su madre con una sonrisa.

—No las culpo por no encontrarme, tampoco me gustaba ese lugar, el olor a gasolina me daba dolor de cabeza. Estoy acá nada más para decirles que por favor sean felices, que no se permitan ser derribadas por una lágrima o por una grieta en nuestro techo. Las grietas estarán siempre, lo importante es recordar con una sonrisa cómo las reparamos. Mi techo está a instantes de caerse, pero el suyo está perfectamente sano, vayan y aprovéchenlo. Sé que lo harán, y cuando lo hagan yo estaré ahí con ustedes.

Aurora y su madre limpiaban sus lágrimas, y cuando la primera intentó abrazar a Rufina, esta se echó para atrás. Con lágrimas resbalando por sus mejillas y una sonrisa en sus labios, dijo:

—De alguna u otra forma, estaré ahí.

Y así fue como el odio se apoderó completamente de ella, siendo un rival demasiado fuerte para tanta inocencia en una sola sonrisa.



¡Nuevo año, nuevo cuento!

Contexto (porque seguro lo necesitan): El año pasado me leí "Como agua para chocolate" y me enamoré del género.

Quise probar algo nuevo y esto salió, aunque la verdad es que cuando escribí el cuento estaba un poco limitada de tiempo. Por lo que al principio no disfruté mucho escribiéndolo.

¡Sin embargooooo!

Y por más que suene raro, la pasé muuuy bien escribiendo el final. ¿Opiniones? ¡Comenten!

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XOXOXOXO. Savant🎔

Rufina - COMPLETA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora