°• Babies •° - [Kookmin Au]

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Dos hombres bien vestidos esperaban fuera del departamento de los Jeon, uno de ellos sostenía un maletín azabache reluciente. Podría apostar que casi sin uso.

Luego de dos pequeños golpes, el dueño, JungKook, les abrió paso al interior del mismo.
Uno de ellos, Yugyeom, fue hacia donde su amigo para saludarlo cariñosamente; quién lo recibió con gusto, los nervios lo consumían.

—El es el señor Moon Eun-Hyung, es el que tiene los papeles preparados para hacer la compra— el menor, saludó con una reverecia al anteriormente nombrado, para luego estrechar su mano.

—¡Es un gusto señor Moon!, le agradezco por venir hasta acá.

—El gusto es mío, señor Jeon. Yugyeom me comentó sobre la propiedad que quería vender, e hice los arreglos necesarios. Solo debe traer la escritura y firmar unos papeles; mi cliente le hará la transferencia inmediatamente. Y todo habrá terminado.

El semblante de Jeon cambió bruscamente, esa última frase lo hizo dudar; si la vendía todos los recuerdos que almacenaba esa casa, se irían. Aunque realmente necesitaba el dinero.

"No dudes Jeon, él ya no vale nada para ti, y tu tampoco le vales nada".

Tuvo que obligarse a repetir esa frase sin detenerse.
Meses atrás no hubiera siquiera dudado en firmar esos papeles que tenía enfrente, y aún sabiendo que Park ya le había dejado muy en claro como fueron las cosas; en lo más remoto de su interior había algo que no quería aceptar la realidad.
No quería reconocer que Jimin le había profesado un amor falso, y menos, que esas palabras calaron hasta en lo más profundo de su ser.

—¿Estás listo Jungkookie? Tengo la transferencia casi hecha, cuando firmes ya estará el dinero en tu cuenta bancaria.— Kim, que aguardaba a su lado, miraba el aterrado rostro de su amigo- ¿Te sucede algo?

—Solo lo estoy pensando, no estoy seguro de hacerlo— con la pluma en sus manos, las dudas se acrecentaron; y los recueros comenzaron a proyectarse en su mente, como si su subconsciente no quisiera que diera aquel paso.

Uno a uno aparecieron los interminables días de descanso que vivió en aquella alejada casa, el aroma al desayuno en las mañanas, el olor del mar mezclado con el perfume que siempre entraba por la ventana de su cuarto.

"Todo eso no puede ser falso, no había nadie más que él y yo, escondiéndonos del mundo cruel que siempre nos tenía en la mira"

Podría engañar a todos frente a las cámaras, pero cuando éstas se apagaban no había nada que ocultar.

—Lo siento Yugye, pero no puedo venderla. Juntare el dinero de otra forma— la decepción en el rostro de Kim fue casi fugaz, dado que fue cambiada por un sentido entendimiento— Lamento haberlos hecho venir hasta aquí, y perder tiempo en papeleos, le pagaré sus honorarios señor Moon.

Jeon se levantó de su sitio, dispuesto a caminar a su oficina para tomar un cheque. Pero Kim lo detuvo, tomándolo de un brazo.

—No te preocupes, ya pagué sus honorarios por adelantado. ¿En serio quieres esto Jungkook? Sabes que si cambias de opinión, estaré esperándote.

—Espera Yugye, ¿No quieres quedarte? Al menos dejame compensarte el tiempo perdido— Jeon tomó la mano del mayor, impidiendo que caminara hacia la salida— Por favor.

—Hoy realmente no puedo Kook, ¿Más adelante te parece? Cuándo tengas tiempo libre me avisas.

Si bien Jungkook no logró notarlo, Kim se fue con una gran decepción al no poder concretar lo que planeaba; aunque si había algo que él nunca hacía, era rendirse.