Lunes con l de perdón

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¿Sabéis que es aún peor que el día de resaca? Así es, el lunes siguiente cuando te toca ver a todas las persona que te vieron hacer el ridiculo, a aquellos con los que te besaste o incluso aquellos a los que les hiciste daño.

Leila salió pronto del apartamento esta mañana, ni siquiera llegué a verla. A Jason y Ethan tampoco les vi salir, cosa que agradecí enormemente.

Las primeras clases de la mañana fueron algo aburridas, teoría y más teoría, entregas de trabajos y un pájaro que se coló en la clase de anatomía, eso fue lo más emocionante.

Sarah y Robb me acompañan ahora a la cafetería donde nos espera Benji, y tengo miedo de cómo será cuando este y Leila se junten de nuevo, esta vez sobrios.

Siempre se han odiado mutuamente, pero se notaba demasiado las ganas que se tenían. Eran como la típica historia de amigos por obligación que sabes que en la última página van besarse. Pero ellos lo han hecho al principio.

Nos sentamos en nuestra mesa de siempre donde nos espera él. Leila aún no ha llegado, tiene que estar al caer.

- ¿Que-que tal la resaca?- Le pregunto lo más amable que puedo.

- No preguntes mejor. Hagamos como que esa noche no existió.- Responde Benji fríamente.

- Como.. como prefieras.

Al rato Sarah y Robb vienen con nuestros cafés y se sientan frente a nosotros. Dos segundos más tarde veo aparecer por la puerta a mi amiga, y a diferencia de lo que me esperaba, viene dando saltos de alegria.

Me toma de las manos obligándome a levantarme y a dar vueltas por la cafetería como si de un baile de princesas se tratase.

- Leila, Leila, ¡para!- La ordeno sonriente.- ¿Que pasa?

- Me han puesto un 10 en la presentación del trabajo de la planta. ¿Has oído bien Hela? ¡Un 10!- Grita emocionada justo antes de abrazarme.

- ¿Enserio? ¡Enhorabuena! ¿Y te han puesto un 10 a pesar de no tener la planta?- Pregunto curiosa.

- Oh, cierto, eso es lo más fuerte de todo.- Baja el tono de voz para que solo yo pueda escuchar las siguientes palabras.- Ethan esta mañana me dio un pequeño ejemplar. Salí de casa y vino corriendo detrás de mí para dármela. En el fondo, muy en el fondo, no es tan mal chico.

- ¿Como? ¿Ethan? ¿El amargado del pelo negro que siempre que pasamos hace como si no nos conociera?

- Yo me quedé igual cuando me la dio pero..- se calla repentinamente cuando se fija en algo tras de mi. Me giro para observar la razón de la mudez de mi amiga, para descubrir a Jason tras de mi, con una sonrisa de oreja a oreja.

- Hola Hela.- Pronuncia sonriente. Mi nombre queda increíble combinado con su voz. Antes de que pueda responder se acerca a mi, rodeando mi cintura con sus brazos haciendo así que nuestros labios se junten en un corto y tierno beso.

- Guau, menudo saludo. - se me escapa entre los labios justo después de separarlos de los suyos. Tapo mi boca rápidamente tratando de frenar las palabras, lo cual parece divertirle.

- Iba a por algo de café cuando te vi aquí. ¿Qué tal el día? - Separa sus brazos de mi cuerpo pero sin alejarse ni un poco.

- Algo aburrido la verdad.

- ¿Y hay algo que yo pueda hacer para mejorarlo? - Trata de poner una sonrisa malévola, pero con la dulzura de su cara, es incapaz.

- Quizás esta tarde..

- Eh.. Está tarde no puedo. Tengo trabajos que hacer.- Se aleja un poco de mi, pero rápidamente recupera esa distancia volviendo a chocar sus labios contra los míos.- Pero si quieres mañana nos vemos.

VAINILLE (que nunca te vean sangrar...) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora