2. Regreso a Hogwarts.

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Llovía a cántaros la mañana en la que cientos de alumnos corrían para atravesar el gran muro que dividía la civilación muggle con la fantasía del mundo mágico

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Llovía a cántaros la mañana en la que cientos de alumnos corrían para atravesar el gran muro que dividía la civilación muggle con la fantasía del mundo mágico. El tren esperaba a todos aquellos niños y no tan niños para embarcar en un nuevo curso, el primero y el último para otros muchos.

El clima era perfecto para el que llevaba en la lista todos los objetivos a cumplir como ser el prefecto, tener las mejores notas o hacer la mayor cantidad de amigos posibles para que aquella aventura fuese única y especial. No obstante, la luz de los alumnos de último curso no fue más que la arrebatadora existencia de la incertidumbre, el miedo y la pesadilla hecha realidad después de que Lord Voldemort volviese a sus vidas de la forma más arrebatadora posible: asesinando a Albus Dumbledore.

Posiblemente muchos de los jóvenes e inexpertos niños que entraban en una escuela donde predominaba la luz y la magia no entenderían jamás por qué era de lamento que el gran Albus hubiera muerto, pero para los que vivieron una cálida estancia gracias a su mandato como director solo resultaba desdicha entre muecas, llantos y silencio después de la muerte y traición de dos personas presentes en el pensamiento de muchos.

Para Harry Potter acabar con quien decidió que era correcto permitir que le arrebatasen al director estaba presente desde la noche en la que vio caer a Albus Dumbledore por la Torre de Astronomía, enfrentándose a un trágico destino cuando dio la cara frente a tantos mortífagos que escapaban y entre tantos... ella. La persona que creyó confiar durante tanto tiempo, que entró en casa de los Weasly y que estuvo mintiéndole durante tanto tiempo.

Mi padre me ha avisado que los hermanos Carrow se han hecho con la organización y disciplina del colegio. —Ron tenía la boca llena mientras soltaba ese dato, llamando la atención de Hermione y Harry que miraban en un silencio incómodo la ventana del tren que comenzaba a moverse muy lentamente, rumbo a la escuela.

Ahora entiendo por qué tus hermanos no quieren volver —Harry soltó un breve resoplido, riendo amargamente ante un sentimiento arrebatador como la pérdida de todo lo que consideraba su infancia.

¿Alguien la ha visto? —El silencio volvió a ser predominante, pero las miradas volvieron a Harry cuando soltó aquella pregunta. Hermione y Ron se miraron el uno al otro, intentando entender por qué quería saberlo, pero antes de poder reaccionar Harry ya estaba mirando a sus amigos para ejercer un poco más de presión a su pregunta. — A Annie.

Harry... —Hermione intervino, intentando parar aquel comentario que solo perjudicaría a su amigo.

Ya, está bien... me da igual. Solo quería asegurarme de que no iba a ser otro problema con el que lidiar este año.

Nadie dijo nada en ese momento. Solo se podía escuchar el sonido de las gotas caer en el cristal del tren en movimiento, los truenos acompañando aquel clima oscuro y lleno de tensión. Hermione pensó en la carta, y sobre todo pensó en su respuesta.

𝐔𝐍𝐁𝐑𝐄𝐀𝐊𝐀𝐁𝐋𝐄 | DRACO MALFOY | TERCER LIBRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora