✦ 𝗖𝗂𝗇𝖼𝗈

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Apareció lo que era mi "habitación" en el juego, y alch esta más bonita la mía real que ésa madre

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Apareció lo que era mi "habitación" en el juego, y alch esta más bonita la mía real que ésa madre. ¿Que pex con las cortinas de puntitos y los peluches en la cama?, Dios, se supone que soy un macho.

Salió mi teléfono virtual (también está más perron el mío, ésta madre parece Nokia del 2000) y decía dos opciones:

1- Llamarlo e invitarlo a salir
2- Borrar contacto

— ¿Qué pasa si elijo la dos? — Conste que me pregunté a mi mismo, no quería respuesta.

— Te parto la madre por no seguir bien el hilo del pinche juego. — Habló desde quién sabe donde, ni se veía en pantalla.

— Ash bueno ya, opción uno. — La seleccioné y sonó el marcador del celular.

Bro puedo jurar que se parecía un chingo al tonito de los teléfonos de Barbie xd. Ay ay ay mailitlebuterflai.
Ya, perdón, seriedad.

Llamada virtual: (no mames éso se escucha tan pendejo)

— ¿Hola? — Ahora apareció una ventanilla con su cara mientras hablaba "por teléfono" conmigo. De fondo se veía un cuarto rosa pasteloso, cómo en los animes ahre.

Opciones:
1- Hola soy el chico de la calle.
2- Número equivocado, adiós.

Repito, el creador de ésta chingadera era demasiado ESTÚPIDO.

— ¿Si te cuelgo qué? — Perdón, es más divertido pelear que seguir las pendejas instrucciones.

— Si me cuelgas el celular, yo te cuelgo a ti de los huevos. — ¿Cómo es que su voz es taaaaaan angelical mientras dice éso?

— Que lépero eres. — Seleccioné la opción uno y él respondió según la selección.

— ¡Ay hola, estaba a punto de llamarte! - Sonrió. — ¿Qué sucede?

— Sucede que estoy jugando el juego de citas más pendejo del mundo, prefiero el calculador del amor en Google. — Me reí pero él no jaja.

— ¡Odio mi programación! No me puedo apagar solito, o siquiera mandarte a la verga. — Hizo puchero, ¿Por qué me da tanta ternura aunque no pare de insultarme? :'3

O soy masoquista o el juego provoca éso, I dont know.

— Sí, también odio tu programación pero ni modo. — Le salió humo de los oídos, weeeeey que lindoooooo. — ¡Te vez bien tierno Wooooon!

— ¿Eh? — Ahora se sonrojó, me empieza a agradar un poquis el juego. — Bueno ya, hay que seguir el hilo, ¿Okey? — Intentó controlar sus nervios, pero no le salió uwu.

— Vale, dame las opciones. — Movió su mano y aparecieron.

1- Te llamaba para invitarte a salir mañana.
2- Olvidé que iba a decirte, adiós.

No ya neta, ¿Qué se fumaba el wey que hizo ésto?, ¿Y por qué no me dió tantito?

— ¿Te das cuenta que las respuestas son demasiado idiotas? — Dije seleccionando la opción uno.

— Sí, pero éso no es culpa mía. — Respondió según la opción que puse. — ¡Claro! ¿A qué hora te veo?

Ésta vez sólo ponía un botón que decía: Te veo en el parque a las 8:00 p.m.

— ¡Perfecto, ahí te veo, bye! — Sonrió.

— ¿Really? ¿Quién madres sale a un parque a las ocho de la noche wey? — Reclamé ya que acabó el nivel.

—cPuta madre nada te parece a ti. — Bufó harto. — Ojalá pudiera negarme a salir contigo, pero la programación me obliga a aceptar.

— Oye, antes de que sigas quejándote, tengo una pregunta seria, ¿Puedo pausarte? debo hacer mi tarea. — Suspiré. Muchas ganas de hacer el proyecto no tenía, pero ya qué.

Ni cuenta me dí cuando ya había pasado una hora, llevo dos niveles... EN UNA HORA WTF.

— ¿Como que pausarme?, no no no, éso ni se te ocurra. — Ya sólo aparecía su imagen en un fondo rosa pastel con puntitos.

— Ash, ¿Por qué no?, para éso se inventó el botón de pausa no mames. — Reclamé.

— Me vale, si me pausas me enojaré. — Hizo mohín.

— Ja, no puedes hacerme nada, no puedes salir de la pantalla. — Sonreí victorioso y pausé el juego sin dejarlo contestar. — Ahora sí... proyecto.

Me levanté del suelo donde me había quedado y busqué los materiales que necesitaba para mi parte del trabajo.
Tuve que salir de mi cobacha por unas herramientas que no encontré en mis cajones y pues por un refresco porque tener citas irreales dá un chingo de sed.

Regresé con una caja enorme llena de cosas de nerds y mi latita en la mano, sí, soy tan chido que cargo todo éso ok.
Abrí mi puerta empujándola con la espalda porque la dejé sin el seguro puesto, y verga casi me cago cuando entré.

— AY CABRÓN. — Todo se me cayó al piso, hasta los calzones wey, ok no éso no. — NO MAMES, QUE PEDO, ¿QUÉ HICISTE?

 — NO MAMES, QUE PEDO, ¿QUÉ HICISTE?

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Digital Love  ୨୧  heewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora