Cordero [Shuumatsu no valkyrie]

Hija menor de Zeus

El Ragnarok estaba apunto de comenzar, solo faltaba el listado de quienes participarían en el. Mientras los Dioses esperaban el listado de la humanidad, el Líder del Olimpo hablaba con sus hijos.

—Esa valkiryia si que es astuta.— Zeus comentó, recibiendo la taza de té que le ofrecía uno de sus hijos menores. Hermes,

—Concuerdo contigo. Padre.— El Dios de la guerra no pudo estar más de acuerdo. Esa mujer tuvo la osadía de desafiar a los Dioses.
El Dios mensajero prefirió guardar silencio.

—¡Zeus-sama!— Un arcángel entró a la habitación un poco agitado y sonrojado.

—¿Que sucede?—Sin mirarlo, el anciano, le preguntó con desinterés.

—...Na-Najwa-sama— Susurró un poco cohibido.

—¿Najwa?— Tanto Ares como Hermes se extrañaron al oír el nombre de una de sus hermanas menores. Aquella Diosa se había encerrado en sus terrenos hace milenios y se había negado a salir.

—...Najwa-sama...ha salido de sus terrenos.—

—¿¡Que!?— La noticia había conmocionado a los mayores, hacia mucho que no la veían, tanto que no recordaban casi nada de ella.

—Traela de inmediato— Ordeno de inmediato, Zeus.

—Aguarda un momento, Padre. Ir a buscarla tan abruptamente la asustara y volverá a encerrarse.—El de ojos rojos tenía razón, debían de ser cuidadosos. No querían asustarla.
—Ire—

—Yo ire— El rubio interrumpió al menor, para molestia de este. Sin más, se encaminó a paso apresurado a la ubicación de la menor.

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—Ha pasado un largo tiempo. Najwa.— El padre de todo y de todos observo con detalle a la menor, quien le devolvió el saludo.
Sus cabellos negros y rizados, antes cortos, ahora se deslizaban hasta la mitad de su espalda. Su piel morena seguía teniendo ese brillo atractivo y sus ojos blancos obtuvieron un ligero tono lavanda. El cuerpo, antes infantil, se transformó en uno adulto y maduro, sus curvas deleitaban a los demás. Aquellos cuernos de cordero y aquella pequeña cola junto a sus pequeñas y puntiagudas orejas de oveja seguían dándole un aura de ternura. Además de la bella curva en el abdomen de la morena, al parecer, en esos años había subido un poco de peso.

—Buenas tardes. Lord Odin—

—...Es bueno que decidieras salir de tu nido. Varios olvidaron tu existencia y muchas cosas sucedieron. Debes ponerte al día.— Colocando una mano en la cabeza de la hija de Zeus, se despidio.

—...Lo haré señor— En ningún momento, el rostro de la de ojos blancos, dejó su semblante relajado.

—¡¡Najwa!!— El ensordecedor grito de Ares alertó y aturdio a la nombrada, debido a la repentina aparición del mayor, la menor no pudo esquivar el aplastante y caluroso abrazo de su hermano mayor.
—¡¡Me alegra que decidieras salir!! ¡¡No sabes cuanto te he extrañado!!— Lloriqueo el más alto.

—...— Tratando de calmar al gigante, paso sus manos por el cuello del rubio y masajeo su nuca, calmando poco a poco al hombre.
—...Digo lo mismo, Lord Ares.—

—No es necesario la formalidad.— Alejo a la morena de su cuerpo para posteriormente cargarla con un solo brazo.
—Padre solicita verte de inmediato. Ocurrió mucho desde tu encierro.— Con lujo y detalle narro, desde sus batallas hasta el evento del Ragnarok, durante el resto del camino. Siendo escuchado atentamente por la de baja estatura. Ambos, recorrieron los pasillos del Valhalla, sin saber de revuelo que causaría la llegada de la fémina.