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Fue reconfortante hablar contigo.
Al menos escucharte hacerlo.
Tu voz es hermosa y me da paz, es extraño.
Estuve bastante cohibido y pareciera que no te prestaba atención pero te escuché.
Sé que estudias arte.
Tienes un cachorro llamado Yeontan aue se enferma con facilidad y el cual es la verdadera razón de tu traslado a Seúl puesto que le habían hecho una cirugía y seguimiento aquí.
Que tu amigo Jimin se mudó hace un par de meses cuando comenzó la universidad, pero que le conoces desde hace años.
Que te gusta mirar el cielo y darle forma a las nubes o unir estrellas para despejar tu mente.
No te ignoré un solo momento.
Me da miedo que creas que sí.
Mi lucha interna no me permitía hablarte con fluidez.
Hasta ese momento.
Mencionaste la fotografía, y en un segundo ya estábamos emfrascados en una discusión acerca de cual era la mejor cámara y lente.
Hasta yo me sorprendo ahora.
Te comenté mis ideas de entrar a la universidad dentro de un tiempo.
Hablé de lo que me costó conseguir mi amada cámara.
Hasta te invité a tomar fotos conmigo un día y así me mostraras tu trabajo.
Esto último nos hizo abrir los ojos con sorpresa a ambos.
A tí quizás por el desconcierto de mi repentina invitación luego de mostrarme tímido toda la tarde.
Y a mí por el atrevimiento que luego de tantos años tuve.
Nunca he invitado a salir a nadie.
Incluso siempre rechazo las invitaciones que puedan llegarme.
No lo hice contigo pues acepté salir y además te invité yo para volver a quedar. Estás cambiando mi rutina aún y sin quererlo.
Contigo me siento diferente, como si esta fuera mi actitud normal.
Me siento extrañamente cómodo en tu presencia.
Gracias, Kim Taehyung.
Perdón por salir corriendo luego de pedirte acompañarme otro día, solo soy un cobarde no tengo otra escusa y tampoco un gato pirómano, juro que no se me ocurrió nada más.
En vez de escribir aquí debería de publicar un libro que se llame:
"Las peores escusas de la historia."

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