Prólogo

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El día en el pueblo uno empezó con normalidad, varios de sus habitantes se reunían para ver que hacer, algunos iban a buscar recursos y otros a explorar los terrenos desconocidos por el mapa.

Esta vez el gran hechicero supremo necesitaba ayuda con un hechizo, bueno mas bien necesitaba un conejillo de indias.
Espero unos minutos en el centro del pueblo mientras mandaba mensajes a sus compañeros.

El primero en responder fue Focus quien le respondió que no podía hoy, al parecer el cuervo estaba en pueblo tres ayudando al híbrido de lobo con su casa.

Un poco después le llegaron mensajes del alcalde Auron quien de forma rápida le respondió que no estaban en el pueblo que se habían ido a explorar juntó con 8cho, DeqiuV, Axozer y Fargan.

El hechicero se sintió ofendido por que no lo invitaron para ir con ellos, aunque olvidó el tema al ver que las chicas del pueblo no podían ya que estaban en el pueblo dos con la vicealcaldesa en una reunión de chicas.

Juan soltó un suspiro esta por rendirse hasta que un último mensaje le llegó a su móvil.
Al abrir el mensaje sintió que su ánimo subió otra vez, emocionado respondió el mensaje de Luzu citando lo en su santuario en cinco minutos.

El mago caminó hacia su casa para preparar todo lo que necesita para hacer el hechizo, al llegar preparó todo lo que necesitaba y tomó el libro con el hechizo en su interior.

Tenía tanta curiosidad de saber de que trataba, ya que en el libro solo estaba la poca información posible, estaba muy emocionado de saber de que trataba, muchas preguntas se agolpan en su mente.

-¿Juan?-La voz suave de Luzu se hizo presente en el momento que entró al santuario.

-Voy Luzu.-Hablo fuerte con una gran emoción en su voz mientras bajaba del segundo piso del santuario.

Al estar abajo le explicó a Luzu lo que quería hacer, sobretodo evito la palabra "conejillo de indias" o "rata de laboratorio". Realmente se notaba nervioso por la decisión del castaño por lo que rezaba a los dioses para obtener su objetivo.

-Vale, pero quiero 20 de Rubí.-Hablo suave mientras miraba a Juan, de normal se habría negado a tener algo que ver con la magia o el hacer pociones, pero ahora necesitaba el material de rubí para una nueva armadura y una espada nueva.

-No, mejor 15.-En un intento bastante inútil de negociar con el castaño.

-Adiós Juan.-Dijo suave mientras se despedía para ir a su casa a obtener sus materiales de otra forma.

-Vale vale.-Hablo rápido y fuerte mientras le tomaba el brazo, no podía dejar que se fuera aunque eso signifique perder 20 de rubí.

-Entonces trato hecho.-Su voz se notaba feliz por haber ganado 20 de rubí sin tener que ir a la mina.

Juan solo soltó un suspiro, para ir a por el rubí para el castaño, todo fue rápido para evitar perder el tiempo.
Una vez ya tengo tomado los rubis de su sala de cofres y volví a donde Luzu era hora de hacer el hechizo.

Luzu solo estaba quieto en el centro de la habitación mientras Juan encendía unas velas blancas a su alrededor, esto le recordaba cuando intentaba invocar a algún ser mágico.
Con tan solo ese recuerdo le acia sentir añoranza de esos tiempos pasados, pero el tomar la decisión de dejar la magia y el arte de la alquimia era lo mejor para él después de ciertos incidentes.

-Bien, empezemos.-Hablo.Juan emocionado mientras abría el libro y buscaba el hechizo.

Luzu miro a Juan en el momento que empezó a recitar el hechizo, era extraño el idioma del hechizo o por lo menos no le llegaba a sonar.
En ningún se sorprendió en el momento que un hexagrama apareció debajo de él de color blanco al mismo tiempo que pequeños rayos de energía se centraban al rededor de Juan.

Su vista por unos segundos se posó en la salida, el ver el mismo cielo volverá oscuro mientras la nubes oscuras se centraban en el templo mientras se escuchaban truenos lejanos.

Juan seguía recitando el hechizo concentrado, en un momento pudo ver cómo alrededor de Luzu se creaban unas pequeñas esferas blancas que emiten un pequeño brillo. Realmente estaba emocionado por ver el hechizo completo, en el momento que soltó la última frase del hechizo las pequeñas esferas empezaron a temblar mientras se volvían negras emitiendo un brillo rojo.

Todo paso muy rápido, el hexagrama se desvaneció en el momento que las pequeñas esferas explotaron y la llamas de las velas se apagaron, los truenos quedaron en segundo plano en el momento que se escuchó algo romperse en miles de pedazos dejando ambos cegados por unos segundos gracias a un gran brillo.

Juan miro a su alrededor intentando encontrar lo que se había roto, claro que el hechizo a simple vista había fallado y eso le molestaba pero eso queda en segundo plano ya que necesita estar seguro de que su santuario no acabara en ruinas.

Soltó un suspiro de alivio al ver que todo estaba en su sitio, al mirar a Luzu quien parecía extrañado por lo sucedido, en cierto modo se sentía decepcionado al ver que no paso nada.

-Parece que el hechizo fallo.-Soltó un suspiro para acercarse al castaño y entregarle los 20 rubis.

-Tal vez solo tenga un tanto porciento de que funcione.-Hablo Luzu intentando consolar al mago, mientras guardaba los rubis en el inventario, aún que realmente le llamaba la atención el sonido de algo romperse.

-Puede ser.-Soltó un suspiro decepcionado, dejó el libro en la estantería para no volver a tocar algo que es inútil.-Ya te puedes ir.-

-Adiós Juan, nos vemos.-Se despidió el castaño mientras salía del templo, claro que estaba feliz por haber ganado 20 rubíes pero en el momento que salió del santuario sintió una presencia a su alrededor.

Luzu miro a su alrededor, no habia nadie era raro pero tal vez solo era su imaginación para así empezar a caminar hacia el centro del pueblo, en un momento se cruzó con Ibai quien se dirigía al pueblo dos para hablar con el alcalde Policarpio de un asunto, decidido no interrumpir el horario del hombre barbudo por lo que se despidió de él.

En todo el caminó a su casa sentia a alguien detrás de él, el problema es que no había nadie detrás de él, tal vez se estaba volviendo paranoico, negó varias veces la idea de estar volviéndose loco. Una vez en su casa guardó los rubíes en el cofre pero al darse la vuelta para ir a la cocina su mirada paso de una tranquila a una llena de sorpresa.

-¿Evil?-Confuso al ver a su yo Evil frente a él de forma traslúcida con esa sonrisa que tanto le caracteriza.

-Hola de nuevo mi pequeño yo.-La voz llena de maldad retumbó por los oídos de Luzu dándole a entender que no era una ilusión.

-¿Cómo?-Aún confundido por verlo enfrente de él, eso era imposible, el sello debía mantenerlo alejado de él.

-Magia.-Solton con burla mientras movía sus manos en forma animada.

-El hechizo de lanzó Juan.-Murmuró con un deje de preocupación, ese hechizo servía para romper sellos por eso el sonido de algo rompiéndose.

-Exacto.-Afirmó con entusiasmo en esa voz cargada de maldad, en el momento que vio a Luzu moverse lo tomó de los hombros mientras acercaba su rostro al de él mostrando una gran sonrisa cargada de locura.-Ahora me toca jugar a Mi.-

Evil CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora