Evil Caos

Capítulo 6.

El silencio en la zona safari era demasiado sospechoso para el guardabosques, ni el sonido de los animales o insectos se escuchaba.
Comúnmente se podía escuchar el aullido de los lobos o los rugidos de los osos cuando están cazando, pero esta noche el silencio era demasiado.

Reborn tenía la espada preparada para atacar si ve algo fuera de lo normal, su respiración era calmada mientras habría despacio la puerta de su casa lentamente, no era tan gilipolla de abrir la puerta de frente para recibir cualquier ataque frontal.
Así que posicionado en uno de los costados de la puerta para evitar cualquier ataque espero unos minutos en silencio, en un momento pensó que eran su imaginación si no fuera por el sonido de pasos acercarse lentamente junto con un sonido horrible de un metal raspando el suelo. Su cuerpo se tenso al dejar de escuchar los pasos al otro lado de la pared, su respiración era lenta intentado procesar las diferentes posibilidades del ataque.

Los dioses estaban de su lado en el momento que una espada atravesó la pared casi rozando su mejilla, su alerta interna empezó a sonar en el momento que la espada de su atacante se estaba moviendo, en un acto rápido corrió para salir de la casa y alzar su espalda para atacar. Al salir pudo ver claramente gracias a la luz de la luna quien estaba atacando, sus ojos se abrieron al ver a Focus sacando la espada de la pared, sin pensarlo intento atacar al cuervo si no fuera por la flecha que se clavó en su hombro de manera dolorosa haciendo retroceder de manera inmediata.

A pesar del dolor miro incrédulo al cuervo fijamente, en su mente pasaban muchas cosas pero algo en él hizo que se fijara en sus ojos, aquellos ojos de iris oscuros cómo el carbón no estaban, eran reemplazados por unos ojos de iris rojo sangre transmitiendo una sed de sangre insaciable.

-¿Quien eres hijo de puta?-Preguntó Reborn muy molesto, estaba claro para que ese cuervo no era el Focus que conocía.-Se que no eres el Focus que conozco.-

-Oh.-Fue lo único que se escuchó de su voz en tan pocos segundos antes de que se volviera a sentir en peligro.

Fue rápido al usar su espada para desviar las flechas que intentaban darle cómo diana, la luz de la luna era limitada dejando a oscuras muchas zonas donde no podia ver a su otro atacante, sus únicas opciones eran esperar al amanecer o huir.
Se planteó huir en un momento pero si eran dos seria una muerte asegurada por uno de ellos, en un descuido una flecha se clavó en su muslo derecho creando una ráfaga de dolor casi insoportable, su respiración agitada era mas por el dolor que por el cansancio o el miedo, el sentir la sangre caer por su hombro y muslo era realmente repugnante, sobretodo el sentir como la tela de la ropa se pegaba a su piel por culpa de la sangre, lo bueno es que a su otro atacante parece ser que se le acabaron las flechas eso era lo que pensó.

-¿Crees que te voy a tener miedo cabronazo?-Preguntó con burla Rebor al ver la mirada molesta del cuervo al no verlo temblar de miedo.-Acaso te arruine la diversión impostor.-

-Era una posibilidad, aunque he de aceptar que eres bastante suspicaz Reborn.-Hablo con cierta maldad Evil Focus mientras mostraba una sonrisa escalofriante, a ojos de Reborn el cuervo que se encontraba frente a el era mas intimidante que cualquier persona que haya conocido.-Eres igual de molesto que el.-

-Pues perdoné por no darle la diversión que quiere su majestad.-Hablo con un tono sarcástico intentando sacar de quicio al cuervo, cosa que consiguió ya que lo escuchó soltar un gruñido.

-Hijo de puta.-Insulto el cuervo mientras balanceaba su espada de manera amenazante, pocas veces solia hacer caso al sarcasmo pero viniendo de el era frustrante después de todo el otro yo de Reborn era igual de sarcástico.

Sus reflejos eran rápidos para poder bloquear el ataque del cuervo con la espada, el sonido del diamante de las espadas chocando era lo único que se podia escuchar en el lugar, lo único que le jugaba en contra era el dolor de las flechas clavadas en su cuerpo. No tenía mas opción que defenderse y esquivar lo que podía para intentar salvar su vida o eso pensó antes de sentir el filo de la espada rozando su cuello obligándolo a retroceder, podia sentir un hilo de sangre caer por su cuello.