CAPITULO 12

41 6 1
                                    

Ya ha pasado 6 años desde que me escape de casa y conocí a aquel joven, Frank.

Casi todos los días después de clases nos encontrábamos en él mismo parque y en él mismo árbol de aquella vez. Él me contaba todo lo que le pasaba y viceversa

Un día que quedamos de encontrarnos en él mismo lugar de siempre con Bobby, vi a Frank llorado debajo de "nuestro" árbol; así que decidí soltar a Bobby de su correa para que él fuese corriendo hacia Frank:

-       Hola... *me siento a su lado* ¿qué tienes?... ¿Por qué lloras? – le pregunto un poco disgustada ya que vi por primera vez a la persona que me hacía feliz

 

-       Solo lloro por bobadas... *secándose sus lágrimas*

 

-       No creo que llores por una bobada... tiene que ser algo muy importante, para hacerte hecho llorar... - agacho un poco mí cabeza para poder mirar su cara – dime que sucede

 

-       Mi madre antes de morir me dejo un reloj muy antiguo, supongo que era de ella cuando era joven... y adentro de él había una carta que decía que ella se disculpa conmigo, por no haber pasado tanto tiempo a mí lado *revienta en llanto*

 

 

Le brazo para para que "se sienta mejor", pero aun así eso no es suficiente para calmarle; aún sigue llorando... me sentía mal... porque no hacía nada por él, soy una inútil... no sirvo ni para consolar a nadie:

-       Alexandra... entiendo que no quieres andar con un llorón cómo yo, si quieres irte... te entiendo

 

-       ¿Por qué tendría que irme? ¿no crees que si quiero estar contigo a pesar de todo es por algo?

Él me abraza fuertemente y me susurra en él oído:

-       Sabes... no me quiero separar de ti... creo que contigo me siento mejor que estando con otras personas... - Siento que una de sus lágrimas caen a mí hombro – ¿sabes algo?¨... cada día te quiero más...

 

En ese momento sentí algo. No tengo palabras para cómo explicarlo... pero se sintió bien con tan solo escuchar eso de la persona que quieres.

Después de que Frank llorara me invito a su casa para poder ver dicho reloj.

Después de caminar, llegamos a su casa:

-       Wow... Frank, no pensé de que eras millonario -  me quede impresionada por la enorme casa – ¿Por qué no me habías dicho?

 

-       En realidad no lo soy– me sonríe

Entramos a su casa, y era enormemente hermosa; pero lo importante es él reloj, no la casa:

-       Frank... ¿y en dónde vamos a dejar a Bobby?

 

-       No te preocupes... no hay nadie en casa. Y no creo que Bobby vaya a hacer desastres – me sonríe mientras acaricia a Bobby

Frank nos guiaba hacia su cuarto, está en el tercer piso. Pero... a decir verdad, nunca he entrado al cuarto de un niño... *mis hermanos no cuentan*

Lo primero que vi al entrar a su cuarto fue una mesa de noche cuadros con fotos de él y una señora de aspecto un poco joven:

-       ¿ella es tú madre? – le pregunto  mientras veo detalladamente las fotos

-       Sí, es ella – se deprime un poco al ver sus últimas fotos

-       Lo siento... no debí preguntar – le sonrío un poco – no quise que te pusieras así

-       No, no te preocupes... – me sonríe

Él tomo una silla de su cuarto para montarse en ella y alcanzar un reloj no tan grande pero si antiguo para mostrármelo:

-       Mira... este era él reloj que me dejo mí madre

 

-       Si, está bonito – me percato de algo – Frank ¿no te has dado cuenta que no da vueltas?

-       Si, y eso es lo que me inquieta; mi madre me dejo en la carta que le podía poner baterías, pero cuando se las puse no sirvieron

Le doy un abrazo de la nada y le digo:

-       Bueno, por lo menos sabes que tú mamá quiso expresarte algo que muchas no hacen

 

-       Gracias Alexandra, por hacerme compañía

-       No, no te preocupes; además eso hacen los "conocidos"

Mientras nosotros hablábamos no íbamos dirigiendo a la puerta principal de la casa para así poder marcharnos.

Llegamos al parque y Frank ya se siente un poco mejor; nos sentamos en él mismo árbol, de repente él me pregunta:

-       Alexandra...

-       ¿Qué?... – volteo a verle

-       ¿No has sentido esa sensación de QUERER SABER ÉL FUTURO PARA VER SI VALDRA LA PENA DE SEGUIR VIVIENDO? – me pregunta mientras se acuesta en él césped mirando hacia él cielo

-       Si, y muchas veces. Y lo peor es QUERERTE MORIR ANTES DE VER ÉL FUTURO – hago igual que Frank me acuesto para ver él cielo

Veo que Bobby se acuesta en nuestros pies, tal vez está cansado de hacer nada.


Después de un rato de ver el cielo veo a Frank dormido, sonrío al verlo. Me acuesto otra vez, pero...

Él cielo que estábamos observando era tan melancólico, tan azul, tan claro... casi triste

LAS ROSAS SE TORNAN NEGRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora