Un olor nauseabundo inundó mi nariz, abrí un poco los ojos tratando de acostumbrarme a la opaca luz del cuarto donde estaba.
Si estaba muerta tengo que decir que el infierno apesta a sudor y vómito. Pero no estaba muerta porque aún sentía dolor, y eso no era más que un terrible indicio de que aún estaba varado en este mundo terrenal.
"Hey, ¿Estás bien?" Esa voz otra vez, esa dulce voz que escuche antes de desmallarme.
"¿Quién eres?" Le pregunté sentándome en el suelo, mi estómago ardió y bajé la mirada para encontrar mi pecho desnudo, cubierto por sangre seca.
"No te muevas," Puso sus manos sobre mi y me volvió a recostar, entonces levanté la mirada y vi su sonrisa y sus ojos de preocupación. Tal vez sí estoy muerta, porque puedo jurar que esa era la sonrisa de un ángel. "Soy Park Jihyo, la conserje." Me sonrió y puso un trapo sobre mi herida, ardía como la mierda pero traté de no quejarme mucho. "Estaba limpiando los vestidores cuando escuche tus gritos," Continuó, contándome la historia que no había pedido pero ella sabía que quería escuchar. "Para cuando llegué ellos salieron volando como fantasmas, y tú estabas hecha un mar de sangre en el piso."
Recordaba algo de eso, el estar en el piso sangrando, llorando por mi vida como una bebé.
"Gracias." Le dije, realmente estaba agradecida pero dejarme morir hubiera sido una mejor opción, claro que ella no lo sabia así que lo perdonaba por eso. "Pero no debiste molestarte"
"¿Estás bromeando? ¡Casi te matan" Presionó la tela sobre mi herida, frunció el ceño tratando de parecer molesta pero solo daba la ilusión de una niña haciendo berrinches. "¿Por qué te hicieron esto?" Se veía confiable y buena gente, pero no podía arriesgarme a que me negara su ayuda después de saber el porqué todos me odian.
"Son solo unos imbéciles, lo hacen por diversión." Le expliqué mientras retiraba gentilmente sus manos de mi piel desnuda, dándole a entender que su cuidado ya no era necesario.
"No veo diversión en golpear a alguien de esa manera." Se levantó y me tendió la mano para hacerlo yo también. "No creo que puedas ir a casa así y estando sola"
"Si, si puedo mi bicicleta está afuera." Tomé el suéter que me ofrecía, probablemente sacado de los objetos perdidos. Y qué ironía fue para mí cuando leí la frase que en él estaba estampada. 'Jesus te ama' Si claro, esa era la mentira más grande de todas.
"Te acompañaré, quien sabe que esos abusadores te estén esperando afuera." Se ofreció y yo sonreí en respuesta, me pregunto si es religiosa, me pregunto cuál sería su reacción al saber que está ayudando a la manzana podrida de la canasta.
Salimos juntas de la escuela, yo sosteniendo mi estomago que aún dolía, y Jihyo completamente preocupada por mi situación.
"¿Es esa tu bicicleta?" Señaló la única bicicleta que quedaba en el estacionamiento y yo asentí. "No te muevas, la traeré para ti." Y salió corriendo en busca de ella.
¿Por qué lo hacía? ¿Por qué era tan buena con alguien que ni siquiera conocía?
Tal vez nunca lo sabré, no tenía las agallas para preguntárselo, pero estaba completamente agradecida. No recordaba lo que se sentía ser tratada como alguien normal, como cualquier otra persona, sin serseñalada o tratada de forma especial. Ya ni siquiera sabía si las personas podían ser así de buenas.
Mientras más se acercaba a mí me di cuenta de que mi bicicleta se balanceaba de un lado a otro, como si tuviera las llantas completamente desinfladas. Y así era.
"Lo siento mucho." No podía esperar más de Min-hyuk y sus amigos, no estaba para nada sorprendida. "Tengo un teléfono, si quieres puedes llamar a alguien para que venga por ti."
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Take Me To Church (Michaeng)
FanfictionEllos no lo saben pero yo nací enferma... Y me encanta