Epílogo.

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Siete años, cinco meses y tres días han pasado desde la noche en que te mataron, pero no es como si llevara la cuenta o algo así. No es como si pensara en ti todo el día o como si aún culpara a Akira por tu muerte.

Pero para ser sincera sí lo hago, si lo hago Chaeyoung. Cómo sacarte de mi si te llevo dentro, hasta la raíz.

Tal vez quieras saber que ha sido de mi vida, aunque no dudo que ya lo sepas, porque desde donde quiera que estés sé que me estás viendo y cuidando, llámame tonta pero me han criado para pensar eso... Que el alma de las personas se escapa de vez en cuando del lugar en el que pena para echar un ojo a sus seres amados que aún sigue en este mundo, si, suena estúpido pero mi madre siempre me decía eso antes de dormir cuando yo le preguntaba si la abuela podía verme. Sé que es infantil, y ahora que soy una 'adulta' sé que esa no es más que una mentira que le dicen a los niños pero yo lo creo firmemente ¿Sabes por qué? Porque yo te siento aquí conmigo.

Pero aunque me veas o no, aunque no puedas escucharme... Yo te contare como han sido las cosas para mí, desde mi perspectiva y mis ojos.

Así que comenzaré por el final de tu historia y el comienzo de la mía, después de llevarle tu cuerpo a tu madre y de llorar hasta que sus ojos se lo permitieron nos sentamos en la mesa a hablar y decidimos que necesitabas un buen entierro, te merecías uno como la buena mujer que siempre fuiste y no como el animal que ellos pensaban que eras cuando te dieron muerte... En fin, llamamos al tipo de la funeraria pero con solo escuchar tu nombre colgó el teléfono, no me sorprendería pensar que mi padre lo llamó diciéndole que no merecías un lugar junto a a los muertos de ahí. Sin saber a quién más acudir terminamos a las orillas del lago Cheongju, fue idea mía porque no podía enterrarte en aquella casa donde habías vivido tantos malos ratos, y decidí que tu cuerpo merecía descansar donde alguna vez fuimos felices, donde algún día empezó tu persecución.

Tu madre se quedó en su auto llorando, dijo que no podía ver cómo tu cuerpo era tirado ahí, y yo también pensé eso pero ¿Qué podíamos hacer? No podíamos trasladar un cadaver de un estado a otro, y si reportábamos tu muerte a la policía lo habrían dejado en el olvido porque aquí quien manda no es un juez, es la iglesia, y no podíamos confiarle justicia a quien te dio la muerte. Así que discúlpanos amor, pero fue lo único que pudimos hacer... Mientras tú madre lloraba en el auto yo llevé tu cuerpo hasta ese hoyo, y una parte de mi agradecía los últimos momentos que teníamos juntas, agradecía que fueran solo mis ojos los que te vieran por última vez.

Volvimos a casa un poco aturdidas, tu madre ya no lloraba y parecía que yo había enterrado mi alma junto a tu cuerpo porque me sentía como un zombie. Miré a tu madre y la abracé, porque ahora solo nos teníamos la una la otra, ninguna de las dos tenía más familia, así que tal vez lo hizo por lastima o porque yo era lo único cercano de ti que le quedaba, pero me dijo que nuestro viaje aún podía seguir en pie, y yo acepté porque no tenía a donde ir.

Ella me ofreció su ayuda y yo le ofrecí mi compañía, como estaba planeado desde un principio ambos tomamos el primer tren con destino a Gwangju la mañana siguiente, solo que a diferencia del plan inicial, nos faltaba alguien dentro del tren, nos faltabas tú mi amor, y al sentir tu ausencia Hye-jun no hizo más que llorar durante todo el viaje. Yo tuve que mantenerme firme, por ella, por mí y por ti. Porque no iba a dejar a tu madre sola, no iba a dejar que este mundo le echara a perder la vida a ella también... Desde ese momento decidí que mantendría mi promesa viva en tu madre, esa promesa que te hice a ti y no pude cumplir. Desde ese día cuidaría a tu madre y la protegería de todo.

Cuando por fin llegamos a Gwangju tu abuelo nos esperaba en el andén con una sonrisa, la cual se desvaneció al ver a su hija bajar del tren con los ojos llenos de lágrimas y abrazada de una joven que no eras tú. Se acercó a nosotros con el pánico recorriendo sus ojos, primero miró a su hija y al no encontrar respuestas me miró a mi. Yo le expliqué con una mirada que todo sería dicho más tarde, que por ahora no era un buen momento, y como si leyera mi mente abrazó a su hija con dulzura y la guió hasta su auto mientras yo cargaba las maletas.

Take Me To Church (Michaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora