#3 Somos más que materia

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Tras esa batalla las cosas cambiaron bastante, Max y sus compinches terminaron en el hospital y el maestro Acoatl los expulsó definitivamente, no podían volver a usar sus poderes a menos que su antiguo mentor se los permitiera o enfrentarían grande problemas. Para mí la política de los nahuales siempre fue muy estricta, y anticuada, había pocos que eran reconocidos por usar sus habilidades libremente y podía haber más pero el resto de ellos estaban escondidos en las sombras, no por gusto, si no por deber.

     A pesar de todo el maestro Acoatl fue algo piadoso con Max.

- En el hospital un Max con una contusión y fracturas de esqueleto ya hacía en su cama, no quería ver al maestro a los ojos - ¿supongo que ya no habrá más oportunidades?

- No, acabaste con todas las que te di, Max ¿Por qué? Yo no te recibí como discípulo para que te volvieras alguien excepcional para el mundo, si no que fueras suficiente para ti mismo, que estuvieras satisfecho, con el poder que tenías y lo usarás correctamente. En fin solo quiero que sepas que Luna no está resentida contigo y bueno aún puedes trabajar en el pueblo, así podrás mantener tu hogar, pero no puedes usar tus habilidades a menos que yo lo permita.

- ¡Acoatl! Lo siento, ya no puedo decirle maestro, pero tampoco quiero que me odie... me emocione y quería que por lo menos mis hermanos pudieran tener a ese, alguien especial, alguien que fuera mejor que nuestro padre, siempre nos hizo falta, y que otros me notarán, está habilidad es lo único que tengo, nisiquiera soy tan listo como para terminar una carrera, ni la prepa.

- Sabes hijo, si necesitas consejo, aun puedes irme a verme, yo no odio a nadie, y perdónate a ti mismo y después a tu padre, te sentirás mucho mejor, y es la mejor forma de cambiar, no es tarde, aún eres joven.

- La puerta se abre y aparece Linda - ¿Maestro? Traje algo para el enfermo.

- Oh, bueno, les daré unos minutos.

- Hola, es un regaló, dulce de nuez y leche, es algo que hizo mi abuelita.

- Linda... No tienes que tenerme lástima.

- No lo hago, simplemente quiero que te des a la idea de que puedo ser amable y una buena amiga, se que yo te gustó o ¿Gustaba?

- Si...

- Max, no puedes forzar a alguien a querer estar contigo si la otra persona no lo desea, siento que las cosas sean así, sin embargo te aprecio aún... Se que aprenderás de los errores, todos lo hacemos - deja su regalo en el buró y solo toca su hombro en señal de afecto - Adiós Max.

- ¡LINDA! Eh... Dile a Luna y Nico, que lo siento, espero que el futuro sea mejor para todos.

- sonríe amablemente - lo será...

     Luna tuvo un desarrollo excepcional una vez que alcanzo su equilibrio con el universo, mas de lo que pensábamos, las características físicas de algunos de los animales que ella invocaba empezó a manifestarlas en su vida cotidiana y puedo decir que no solo la fuerza o resistencia.

- ¡LUNA! ¡Te comiste toda la despensa de nuevo, eres una aspiradora sin fondo!

- Aun con la boca llena y la mesa llena de envoltorios y platos sucios - ¡Hmmm! ¡Noooo!

- ¡Maldita golosa! te comiste todo lo que compramos ayer ¡Te vas a poner gorda! ¿Eh, Te comiste los huesos del pollo?

- Se le queda viendo de modo culposo... Hmmm... Tenía hambrita.

-¿Masticas los huesos? - horrorizada

- Y los de res también, sabes es como si masticara mantequilla, aunque saben mejor que la mantequilla cruda, se puede aprovechar mucho la medula, y note que cada vez que estoy hambrienta mis dientes se vuelven colmillos, mira - Se alza de manera tierna los labios

NAHUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora