All for you (l.s) ღ omegaverse

aguacate

Harry le dio una calada a su cigarro estando recargado sobre el frio mural de ladrillo en un oscuro y frio callejón cualquiera de Londres.

Odiaba fumar, pero odiaba más la sensación no hacerlo. Sin embargo, lo que más detestaba era el regaño que siempre recibía de su Louis.

Dejó salir el humo por sus labios cuando escuchó unos pasos aproximarse hacia él. El alfa se incorporó bien, dejando la fría pared a un lado para mirar al sujeto que se acercaba a paso decido hasta él.

—¿Lo conseguiste? —preguntó el rizado dando otra calada.

—Como me lo pediste —dijo el moreno sonriendo orgulloso mientras alzaba el maletín de piel oscura y se lo entregaba a Harry, el cual en ese momento le entregó un fajo de billetes al mismo tiempo que recibía el maletín.

El moreno contó el dinero con practica mientras el rizado abría el maletín dejando expuesto diez aguacates perfectamente acomodados.

—Perfecto Zayn, tal y como te lo pedí.

El alfa moreno sonrió de lado mientras se recargaba en el mural al lado de Harry apunto de tomar el cigarro del rizado, pero deteniéndose en ese momento por la mirada de advertencia de este.

—¿Sabes qué podías conseguirlos en el mercado, cierto?

Harry frunció el ceño. —Mi omega quiso aguacates, y le daré los mejores aguacates. No esos contaminados por todas las personas que compran ahí.

Zayn alzó sus manos en señal de paz. —Claro, como tú quieras —Harry cerró el maletín mientras tiraba su cigarro al piso y lo pisaba —. Se te echa de menos en el negocio ¿volverás algún día?

—No, esa vida ya no es para mí. Y menos para mis cachorritos y omega.

Chasqueó la lengua. —Quien hubiera imaginado que terminarías así.

Se cruzó de brazos acercándose peligrosamente a Zayn mirándolo fijamente. —¿Así cómo?

—Uhm... nada, nada.

Sonrió de lado con sorna. —Eso pensé —se separó—. Diles a todos que jamás volveré. Por cierto, gracias por el favor, cuídate mucho.

—Igual Harry, sabes que aquí tienes un amigo.

Se estrecharon las manos. —Lo sé.

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Harry inhaló el agradable aroma de su casa cuando llegó, era perfecto; con todas las esencias de sus personas favoritas combinadas.

—¡Papi llegó! —gritó Noah corriendo hasta el rizado.

Harry bajó rápidamente su maletín para poder recibir a su hijo en brazos cargándolo en el aire. —Hola lindo cachorro —saludó el rizado dejándole un beso tronado en la frente para después maniobrar y poderse quitar su cazadora con Noah en brazos, finalmente colocando el abrigo en el parchero de la entrada.

Noah estuvo a punto de hablar, pero fue interrumpido por su melliza.

—Shhhh —chistó Nina entrando en la estancia—. Mami duerme.

Ambos alfas asintieron repetidas veces con Noah cubriéndose su boca con sus dos manitas preocupado por haber hecho mucho ruido con anterioridad.

Harry se agachó un poco para también poder recibir a su princesa en brazos, la cual aceptó muy gustosa la invitación siendo también alzada en los brazos de su padre.

—¿Dónde fuiste, papi?

—Fui a comprar unas cosas para mami.

—¿Mami otra vez con an-antojos? —preguntó Noah batallando un poco en prenunciar la última palabra.