remedio

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Harry pasó su antebrazo lentamente por su frente sudada por el esfuerzo de acarrear la gigantesca bolsa negra con gran contenido por toda la casa, su ropa realmente sucia por una macha ya seca viéndose café, al igual que sus zapatos que rechinaban por el limpio piso.

Después de un poco de esfuerzo más llegó al tan horroroso cuarto donde aventó la bolsa sin ningún cuidado. Se acercó hasta la maquina blanca y grande para poder abrirla y vaciar todo el contenido que cargó por toda su gran casa a la máquina para finalmente cerrarla de golpe.

Sacó su celular para llamar ese número tan familiar, no fueron ni dos timbres cuando contestó. —Ya está hecho —murmuró.

—Sabía que lo harías.

Harry volvió a mirar la máquina para después preguntar dudoso. —Pero ¿qué va primero; el suavitel o el jabón?

Oyó una forzada risa del otro lado de la línea seguida por una espantosa tos. —Harry ¿qué haré contigo? —preguntó su esposo el cual se encontraba en la planta alta de su casa.

—Amarme.

—Lo hago y locamente. Mejor ve por los niños mientras yo pongo a lavar la ropa.

—No —dijo rápidamente—, yo iré por los niños también, y esto, pero ¿qué no se supone que debería poner la ropa a secar y después a lavar?

Hubo un silencio largo en la línea hasta que después de varios segundos Louis lo rompió riendo escandalosamente, tanto, que Harry lo podía escuchar sin necesidad del celular.

—Oh alfa, primero se tiene que lavar la ropa y después ponerla en la secadora, es lógica.

—Ya lo sabía —dijo rápidamente mientras empezaba a sacar toda la ropa de la secadora para pasarla a la lavadora—. Iré por los niños, te amo.

Dijo para finalmente cortar la llamada e irse a recoger  a sus cachorritos a la escuela.






Después de un viaje corto hasta la escuela y de vuelta llegaron a casa entre risas por las anécdotas de los mellizos sobre su día en la escuela.

—Luego la maestra nos regañó a ambos.

—¡Nosotros como íbamos a saber que los animales estaban prohibidos en la escuela! —exclamó Nina.

—Bueno cachorros debían pedir permiso antes de meter un perro a la escuela.

—Fue idea de Nina.

—No es cierto.

Los mellizos habían empezó a gritar dejando las cosas en el piso sin cuidado mientras Harry dejaba unas cosas en la barra de la cocina que había comprado de camino, para después ir hasta sus cachorros deteniéndose a unos centímetros de distancia.

—No empiecen a pelear, mami se siente muy mal y está en cama —los cachorros ahogaron un gritito de preocupación inmediata—. Van a ir arriba, saludaran a mami como se merece, le contaran el porqué de su reporte, y sin pelear. Pero antes quiero que recojan sus mochilas y cosas, que yo no los eduqué así.

Ambos pequeños asintieron al mismo tiempo sorprendidos por el cambio de humor de su papá para que después a pasitos rápidos y robóticos subieran a la segunda planta en dirección a la recamara del omega, no sin antes obedecer lo último dicho por Harry.

Harry suspiró un poco cansado para volver hasta la cocina donde sacó todos los ingredientes que necesitaba. Partió un limón a la mitad, agarró el cuadrito de pollo y llenó una taza con agua calientita para vaciar y revolver los dos primeros ingredientes en esta mientras la cocina se sumergía en ese rico aroma de recuerdos.

All for you (l.s) ღ omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora