Prólogo

3.7K 426 30
                                    


Parecia ser alguna clase de sueño momentáneo. Todo alrededor se congeló para solo dar prioridad a la hermosa imagen que descendia desde lo alto, dejando que sus túnicas negras danzaran con el viento que lo llevaba suavemente hacia abajo.

Y con el, el jade de orbes dorados que simplemente reposaba en una neblina gris. Era como estar acostado sobre una suave nube oscura que estaba por llover.

WangJi podia jurar que ya llevaba bastante tiempo viendo al desconocido frente a el, sin algún tipo de represalias.

— ¿Quién....eres? — Fue lo unico que pudo salir de su boca, estaba más que impresionado por la belleza del joven frente a él.

Lo ultimo que podia recordar era estar huyendo de unas bestias que estaban dispuestas a matarlo, mientras sostenia con una de sus manos la herida en su pecho proporcionada en la batalla por defenderse de las mismas.

Estaba corriendo, desesperado por no encontrar fuerza suficiente para vencer y se culpaba asi mismo por ser un joven de 14 años sin experiencia.

Habia decepcionado a su hermano mayor.

Le habia fallado a su tío.

Consideró que todo lo que habia entrenado no habia sido suficiente para ser llamado jade al igual que su mayor.

— Oye. ¿Estás bien? Tus ojos están derramando demasiadas lagrimas. — Habló seriamente, cargando al joven en sus brazos como si se tratara de un animal callejero. — ¿Eres tan débil que te hizo llorar una pequeña herida en tu abdomen?

Lan WangJi no supo que decir, nisiquiera se habia dado cuenta en que instante habia comenzado a llorar. Pero no tenia fuerzas para nada y simplemente observó el hermoso rostro del hombre que lo cargaba. Podia ver en el unos ojos rojos brillantes, como si cargaran una gran cantidad de sangre en ellos.

— Y por lo que veo eres de pocas palabras.

—....

— ¿Ah? ¿Nisiquiera me vas a responder? ¿Qué voy hacer contigo? Me haces perder mi tiempo pero seré amable y te ayudaré con ese carmesi que escapa de tu cuerpo. — Mostró una genuina y coqueta sonrisa que causó que las orejas blancas del jade se pintaran del mismo color de su sangre. Wei Ying parecia no haber notado ese pequeño detalle.

— Joven Amo.

Unas cadenas que se arrastraban por la tierra se acercaron, hablando con la voz casi en un susurro.

— Dime, ¿qué sucede, Wen Ning?

— El pequeño amo que carga en sus brazos es de la secta Lan, una de las cinco más importantes.

— Wen Ning, creo que te equivocas en tus palabras. — Su voz comenzaban a sonar ronca, casi como una burla. WangJi tuvo un poco de miedo, pero no era capaz de admitirlo.

Su hermano Xichen siempre le habia enseñado a mantener la calma en todo tipo de situación, que estaba bien tener miedo, pero era importante que el enemigo al que se enfrentaba no lo supiera.

— Bien, lo he decidido. Ahora tú, eres mío.

Lan WangJi se sonrojó aun más. — ¡¿Qué estás-?!

— Con que si puedes hablar. — Bajo al niño de sus brazos.

— ¿Joven Amo, sabe lo que hace?

— ¿Yo?

Una risa escapó de sus labios, no sonaba de esas que pareciera que hubieran contado algo gracioso. Más bien parecia tener algo entre manos.

— Yo soy el gran patriarca. — Dijo con orgullo. — por supuesto que sé lo que hago. Bienvenido a la familia, pequeño Lan.

Y asi la historia del jade y el patriarca daba comienzo.

Mi PatriarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora